Cuanto sé de mí
La obra del narrador, crítico literario, ensayista y profesor universitario Ricardo Piglia (Adrogué, Buenos Aires, 1940) empezó a publicarse en España a principios de los noventa; es decir, nos llegaba con casi dos décadas largas de retraso. Su primer libro, «Jaulario», un volumen de cuentos más conocido por su título definitivo, «La invasión», data de 1967, que es el año también en que aparece «Cien años de soledad», de García Márquez. Generacionalmente emparentado con el «boom» hispanoamericano, aunque manteniendo siempre una arraigada independencia de criterios estéticos, su narrativa ha integrado componentes de novela negra, relato sentimental e intención metaliteraria. Añade a su original personalidad intelectual su condición de diarista, cultivando una escritura autobiográfica en la que confluyen un distanciado enmascaramiento de la propia voz, el reflejo ensayístico de toda una época cultural y las íntimas fijaciones de la recóndita emotividad. En esta línea, «Los diarios de Emilio Renzi» –inconfundible álter ego autorial–, subtitulados «Años de formación», suponen el primer volumen ahora publicado de una proyectada trilogía constituida por «Los años felices» (para 2016) y «Un día en la vida» (en 2017).
Encontramos aquí, en la mejor tradición de un clásico como Julio Ramón Ribeyro, y abarcando los años de adolescencia y primera juventud, de 1957 a 1967, una variada gama de registros rememorativos que combinan el estricto dietario cotidiano con ensayos literarios, como las inolvidables páginas en que se analiza, con evidente cercanía cómplice, «El oficio de vivir», de Cesare Pavese. Pero, más allá de unos concretos episodios recordados, resalta la potencia creativa de quien reflexiona sobre, por ejemplo, los entramados argumentales de Dashiell Hammet; la teorías novelísticas de Hemingway y Baroja, huyendo siempre de complejidades psicológicas en los personajes; las mujeres y el misterio de la seducción y el enamoramiento, abocado todo ello al persistente fracaso, o la función literaria del lenguaje. Piglia se ve acompañado por la decisiva presencia de escritores amigos como Haroldo Conti, Rodolfo Walsh, Juan José Saer o Beatriz Guido, sin olvidar el primer peronismo, alineándose en la lógica rebeldía estudiantil, la difícil relación con su padre o la obsesiva y periódica falta de dinero, y el paso del tiempo.