David Cirici y Pilar Molina Llorente ganan el XXI Premio Edebé de literatura
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El escritor barcelonés David Cirici y la autora madrileña Pilar Molina Llorente han ganado el XXI Premio Edebé de literatura infantil y juvenil, dotado globalmente con 55.000 euros.
Pilar Molina (Madrid, 1943), que recibirá 30.000 euros por el premio juvenil, construye su novela "Tesa"a partir de una historia urbana y de mundos paralelos.
En esta novela, Tesa, la joven protagonista, se ha mudado temporalmente al céntrico piso de Madrid donde viven su abuela y su bisabuela, un misterioso espacio de altos techos, largos pasillos, habitaciones cerradas y habitaciones ocultas.
Molina ha confesado que siempre quiso estudiar Arquitectura, pero sus padres sólo le dejaron estudiar Bellas Artes, algo que refleja en esta novela, al igual que su afición por las antigüedades y la decoración.
La casa donde vive Tesa nace de la misma casa vieja de la plaza de Oriente en la que vivió Molina con su marido, una casa en la que "por la noche se oían los chasquidos de la madera, del piano, de las vigas".
La autora sitúa a la protagonista, "una joven que procede del ambiente moderno de un chalet de una urbanización de las afueras de Madrid en un piso lujoso, pero antiguo".
Molina contó además con la inestimable ayuda de su hija, una hábil lectora de Lovecraft, que le ayudó a montar los personajes y los ambientes.
La escritora define "Tesa"como "una aventura interior", en la que se palpa el miedo, casi el terror, pero que, en palabras de la autora, demuestra que "para vivir aventuras no es necesario ir a la selva, viajar a Egipto o al espacio; la aventura la puedes vivir sin salir de casa".
Cirici (Barcelona, 1954) recibirá 25.000 euros por el galardón en su modalidad infantil con "Molsa"(Musgo), escrita originariamente en catalán, en la que el autor invita al lector a seguir a Musgo, un perro que rastrea en cada esquina el olor a felicidad de Janinka, la niña que jugaba con él y que vivía en su casa antes de la guerra.
En nombre del jurado, Roberto Santiago explica en un escrito que "la novela de Cirici está contada en primera persona por un perro, un recurso narrativo para crear una visión del mundo, que explora de manera especial los sentidos del olfato y del oído, pero que no presenta a un perro parlanchín al estilo Disney".
Al jurado le ha sorprendido también que la historia suceda durante una guerra indefinida, quizá la Segunda Guerra Mundial en un país del este, un marco "cruel y sin sentido", en el que el perro se siente "desconcertado y abrumado por los acontecimientos".
Para Santiago, Cirici cuenta una historia que atrapa al lector con "un punto de vista y entorno originales"y con unos personajes, un grupo de perros, en aprietos, pero no lanza un mensaje, sino que invita a la reflexión a través de la historia.
"Molsa", que es el primer libro infantil de Cirici, un autor que en los años 80 cultivó la novela juvenil, nació "de una necesidad de explicarme, de camuflarme tras el disfraz de un perro, porque me siento como un perro, y explicar una historia de pérdida, de añoranza", según ha confesado hoy.
El autor cree que el perro es una estrategia que le permite despojar la novela de toda "artificiosidad e intelectualidad"y entrar en un mundo más sensorial, de la vivencia profunda, en el terreno de los sentimientos.
Define la novela como un obra "tierna, evocadora, que trata el tema con humor a pesar de su protagonista, aunque la manera que tiene el perro de ver la realidad puede resultar cómica para el lector", admite Cirici.