De Toledo a Nueva York

El género diarístico gana seguidores gracias, en gran medida, a la calidad que le otorgan algunos poetas que se sienten cómodos en una literatura intimista donde tienen cabida diferentes formas de expresión: poesía, prosa, aforismos, reflexiones. El poeta Hilario Barrero (Toledo, 1948), profesor desde hace muchos años en la Universidad de Nueva York, traductor y hombre de amplia y exquisita cultura, hace tiempo que se ha consolidado como uno de los mejores referentes del género.

En esta nueva entrega volvemos a encontrar su mirada sensible e inteligente detallando el contenido de sus días: las clases de literatura española que nos llevan a imaginar al Mío Cid cabalgando por Manhattan, traducciones de poemas, reflexiones sobre literatura, pintura o música o sabios aforismos. Y siempre presentes las dos eternas heridas que son también la clave de su poesía, la de la muerte y la del amor, aunque en esta ocasión nos acercamos sobre todo a la vida cotidiana de un hombre enamorado: «Tu mirada que me llevo y me traigo, tu presencia encendida allí y aquí». El continuo devenir tiene dos orillas geográficas: allí Manhattan y Brooklyn y en este lado aparece con especial intensidad su Toledo natal al que vuelve para recuperar personajes y vivencias de la infancia y de su barrio, dominado por la torre de la iglesia de Santo Tomé.

Estos diarios muestran la vida como un tejido maravilloso y ancho en el que cada hilo sostiene a otros muchos: «A veces la luz, a veces la sombra y una mirada dispuesta a encontrar lo que no se ve». Lo que la vista no llega a alcanzar, pero llega a los sentimientos más profundos del lector a través de sus palabras, es una actitud cálida y generosa ante la vida que se manifiesta en la importancia de la amistad para seguir enriqueciendo el paño y llenar los días.