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El misterio de las cuatro efes

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • Toni Montesinos

    Toni Montesinos

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El lector recordará cómo una novela titulada «El perfume», del alemán Patrick Süskind, se convertía, hace ya treinta años, en un «best-seller» colosal traducido a más de cuarenta lenguas. El dato sirve para calibrar la dimensión en su país de su compatriota Daniel Kehlmann, que con «La medición del mundo» (2005) se convirtió en el mayor éxito literario después de aquella obra de un asesino experto en fragancias en el París del siglo XVIII. En el caso de Kehlmann también se trataba de una novela histórica protagonizada por el naturista y viajero Alexander von Humboldt y el matemático y astrónomo Carl Friedrich Gauss, que volvían a verse en el Berlín de 1828 para recordar sus años de juventud. A su manera, cada uno de ellos pretendía tomar la medida al mundo.
En «F» (traducción de Helena Cosano), los personajes querrán medir sus vidas, analizándolas para transformarlas, alrededor de la familia: uno buscando la fama literaria, otro sólo encontrando la frustración, otro más hundido en lo financiero, el último incapaz de dirigir bien su fe: efes que articulan un mundo propio, que lo asfixian y lo hacen incómodo. Por eso Ian McEwan dice que este relato «bordea los borrosos límites entre lo abstracto y lo real». El mismo autor ha dicho que está fuertemente influido por el realismo mágico de García Márquez, y los críticos germanos no tardaron en ligar su obra (ya son ocho publicaciones entre cuentos, novelas y algún ensayo) con ese concepto tan amplio de «literatura posmoderna».
Si hemos de entender lo posmoderno como una transgresión de la estructura narrativa, una experimentación en la que lo disperso y fragmentario dotan al relato de extrañamiento –que imanta y repele al lector por su grado de dificultad o desvarío–, «F» reúne cualidades para etiquetarlo así. La historia parte de un show de un hipnotista al que acude Arthur Friedland con sus tres hijos y que será el punto de inflexión en las vidas de los cuatro: del padre, que lo abandona todo para convertirse en escritor, del cura inseguro y obeso Martin, del experto en economía Eric, del pintor mediocre Iwan. Todo articulado por medio de seis capítulos, tan desconcertantes como tediosos, tan atractivos como originales, que guardan cierta independencia, un poco al hilo, pero al revés, de su último libro en español, «Fama», cuyas narraciones sobre lo que significa el uso de los teléfonos móviles hoy se podían leer también como una novela.