George R. R. Martin, desde el trono

Todo ocurrió por carambola. En 1984, el grupo de amigos de George R. R. Martin en Albuquerque jugaba al rol con «Superworld». George planteó la alternativa de escribir una serie de relatos partiendo de los personajes inventados para el juego de rol dentro de un mundo de fantasía compartido por media docena de escritores. 1986 fue un año crucial para la literatura y el cómic de fantasía. Mientras Martin sentó las bases generales en donde se moverían los personajes de esta narración polifónica, Dave Gibbon estaba trabajando en la que sería su obra magna, «Watchmen», y Frank Miller con, «The Dark Knight Returns».

Alternativa a la ingenuidad

Desde la aparición de Superman en 1938, nadie había planteado una alternativa a estos superhéroes ingenuos que salvaban a la humanidad de peligros inimaginables. Es con Miller, Martin, Moore y Gibbon cuando cambia de forma radical la concepción del superhéroe y surge el héroe posmoderno: problemático, sin superpoderes, cuestionado por la sociedad, incluso apartado de su deber de salvar a la humanidad de sí misma. Pixar hizo una parodia magistral, «Los increíbles», con decorados «fifties» retrofuturistas, que compendiaba con humor el exceso de trascendencia de Miller y Gibbon. Los héroes «increíbles» están cansados, viejos, rechazados, atormentados y son vistos como friquis, consecuencia de estas tres narraciones seminales que pusieron en pie un mundo más realista y desencantado.

«Wild Cards I», editado por primera vez en España, parte de un virus alienígena que cae a la tierra y altera genéticamente a algunos de sus habitantes, transformándolos, o bien en ases, dotados de superpoderes, o bien en jokers, friquis malignos, metahumanos afectados por mutaciones monstruosas. El prólogo de Howard Wadrop pone en situación la serie a partir de un homenaje a Airboy, aquí llamado Jetboy, dando comienzo a una de las sagas polifónicas y retrofuturista más longevas y brillantes que se recuerden. Hasta la fecha se han publicado 21 volúmenes, con capítulos de Herbert L. Crantson, Roger Zalazny, Walter Jon William, George R. R. Martín, David Lavine, Michael Cassut y Lewis Shiner. La acción comienza en 1946 y se desarrolla hasta la actualidad y posee un estilo literariamente homogéneo, en donde combinan un realismo desencantado con momentos de gran espectacularidad, que anima a leer la saga completa. La idea se adelantó 30 años a los «fanfiction» de la era de internet.