James Bond en la Expo
Jonathan Coe publica una ágil obra sobre la identidad europea
Nadie como Jonathan Coe para abordar el pasado reciente de Gran Bretaña y hacerlo, además, con humor. Un humor inteligente y sagaz que ha impregnado de tono de comedia a novelas como «El club de los canallas», donde el autor se adentra en la década de los setenta en una Inglaterra que suena a punk y a glam rock; en «El círculo cerrado», que transcurre con los mismos personajes pero a comienzos del milenio; en «¡Menudo reparto!», que se entromete en las altas esferas del poder a principios de los noventa; y en esta reciente «Expo 58», que, como refiere su título, viaja en el tiempo para detenerse en la Exposición Universal de 1958. No se trata de cualquier año. No se trata de cualquier ciudad. Es Bruselas, es primavera, y la Exposición Universal es la primera que se hace tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Todo, allí, ha sido montado para exaltar valores como la paz, la concordia y las buenas intenciones de las naciones en una época marcada, sin embargo, por la Guerra Fría.
Los pabellones de la URSS y de Estados Unidos (que ofrece las bondades de la sociedad de consumo, con sus artefactos domésticos y su confianza en el porvenir), por ejemplo, son adyacentes, aunque un poco alejados del de Gran Bretaña, que ha decidido recrear un pub y cuya supervisión está en manos de un joven funcionario llamado Thomas Foley, casado, con una hija, y quien pronto se verá envuelto en problemas. Jonathan Coe construye en «Expo 58» una novela entretenida y ágil. Con su habitual ingenio, que combina el desparpajo irreverente con una mirada original y cercana sobre la naturaleza del ser humano, da vida a un protagonista potente y singular como Foley, quien, atrapado en una trama que lo excede, se encontrará con personajes tan singulares como él, como una hermosa y seductora azafata flamenca, un periodista soviético, dos espías británicos que parecen sacados de una novela de Ian Fleming, una actriz estadounidense que se encarga de demostrar cómo funcionan las aspiradoras americanas, y muchos otros más, quienes le harán sentirse en medio de una novela de espías a lo Bond mientras su mujer, en Gran Bretaña, es seducida por un vecino. Mezcla extraña de hechos reales con acontecimientos que podrían haber ocurrido, «Expo 58», no obstante, es más que un divertimento literario de primer nivel, pues tras su aparente comedia esconde una reflexión profunda sobre la identidad europea y británica.