Jonasson, mago con chistera
Novela. El escritor se supera en su nueva novela, una burla del poder
La duda latía en las expectativas sobre la segunda novela de Jonasson, ¿estaría a la altura de «El abuelo que saltó por la ventana y se largó»? Pues bien, no solo está a la altura, sino que, contradiciendo las estadísticas sobre las segundas novelas, ha superado a la primera. La historia se inicia precisamente con un dato estadístico realizado por Nombeko, la protagonista, y afirma que la probabilidad de que una analfabeta de Soweto de la década de los 60 sobreviva y se encuentre un día en un camión de patatas con el rey y el primer ministro suecos es de una entre cuarenta y cinco billones setecientos sesenta y seis millones doscientos doce mil ochocientos diez.
Un cuento clásico
Para llevar a cabo este desafío, Jonasson saca personajes de su pluma como un mago de su chistera y los enreda en una trama de episodios extravagantes y de humor absurdo, basado en la literalidad del lenguaje y las convenciones sociales que recuerda a menudo a Groucho Marx. La fabulosa inteligencia de Nombeko la lleva de vaciar letrinas en el barrio de chabolas más poblado de Soweto, a ser traductora de chino y física nuclear. Escapa a Suecia, paraíso de los refugiados políticos, donde conoce a dos extravagantes hermanos gemelos, una falsa condesa que cultiva patatas, la hija anarquista de un banquero y muchos personajes más con sus respectivas historias secundarias. También se cruzará con importantes figuras políticas del siglo XX y al lector le costará olvidar la imagen del actual rey de Suecia cortando la cabeza de unos pollos para la cena. Todo esto tiene un objetivo: deshacerse de una bomba atómica fabricada en Suráfrica y que ha llegado hasta Suecia por un error de tres alocadas hermanas chinas. A través de su trepidante humor lleno de excesos, Jonasson se burla del poder en general y de los políticos en particular, denuncia el Apartheid y nos ofrece una protagonista que utiliza su extraordinaria inteligencia para luchar por salir adelante, busca lo mejor para todos, es honesta y no soporta la estupidez y la injusticia. Como en los cuentos clásicos, todos estos esfuerzos serán recompensados con un final feliz.
Verificamos definitivamente que al autor le gustan las carreras de coches, las huidas alocadas y los accidentes de tráfico, y, sobre todo, divertir, pero esta novela supera a la anterior: entre tantas risas y sonrisas el lector piensa en lo difícil que es la vida para muchas personas, el abismo de desigualdad que supone nacer en uno u otro país y la influencia en las costumbres que supone la inmigración. Encantados de volver a verle, señor Jonasson.