La Justicia tiene nombre de mujer
«Todos los gobiernos han intentado controlar al poder judicial», dice la periodista
Elisa Beni presenta «Peaje de libertad». «Todos los gobiernos han intentado controlar al poder judicial», dice la periodista
Elisa Beni nació en Logroño. Le gusta la jardinería. La ópera también. Y Bunbury (de hecho, la novela que nos ocupa arranca con una cita del aragonés: «Y querías ser libre, pero que no te pasara nada...»). Tertuliana habitual en programas como «La Sexta noche», «De buena ley» y «Más vale tarde», entre otros, acaba de publicar «Peaje de libertad» (Espasa), que se presenta hoy, un galopante «thriller» que, asegura con orgullo, nada tiene que envidiar a los de los escritores que llegaron del frío. Desde pequeña se ha visto escribiendo. Le encanta. Cuando se lo planteó a su madre, que ella de mayor lo que quería era dedicarse a la escritura, debió su progenitora de hacerle un gesto torcido y le quitó la idea... Sólo a medias porque de esa profesión no se podía vivir. Entonces hizo la carrera de Periodismo. Pero el virus de la pluma lo llevaba inoculado ya.
La protagonista de su primera novela de ficción es una jueza de envergadura que trabaja en los juzgados de Plaza de Castilla, una mujer con carácter, fuerza, mando en plaza y fuerte pisada. Elegante, además. Se llama Gabriela Aldama, «un personaje que ha crecido y se ha enseñoreado de la obra», apunta, y añade que «con esta novela he cumplido un sueño. Me siento como una niña de ocho años que hubiera alcanzado un deseo perseguido», apunta. Empezó a escribirlo en 2009 y en 2010 lo tenía prácticamente terminado. «He pasado por diferentes etapas. Había llegado el momento de poner sobre el papel en blanco algo no objetivo. También me notaba más madura y no necesitaba hacer autobiografía. Gabriela tiene mucho de muchas mujeres que están en puestos importantes. Desde luego no es un prototipo porque a pesar de tener el poder en sus manos le asaltan las dudas y las inseguridades, como le puede suceder a cualquier en la vida. Es poliédrica, no una heroína a la que todo le sale a la perfección». En un momento, esta mujer, que ha renunciado o que ha puesto por delante su vida laboral a la personal, es consciente de que puede tener un precio: «Ha elegido vivir de una manera determinada y le puede pasar factura al tener que enfrentarse a un caso como es el asesinato de una pareja».
El ojo del poder político
Fue responsable de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Sabe, pues, de lo que escribe. ¿Está alejada la Justicia del ciudadano de a pie? «Hay dos planos: el de la Justicia día a día, en la que el ciudadano recibe una respuesta bastante razonable y está, en general, contento. Y un segundo en el que se produce el problema: cuando la Justicia empieza a meter los dedos en los ojos del poder político. Ahí empieza el problema y esa fricción se nota, aunque ha sido así desde el principio de la democracia. Todos los gobiernos han intentado controlar al poder judicial», asegura. «Existe una sensación general de que hay que regenerar las instituciones. La corrupción se expande por debajo como si fueran las raíces de un árbol que levantan los adoquines. Y ya se empiezan a notar». Aboga Elisa Beni por «volver a los orígenes, retrotraer los asuntos a sus principios iniciales. Los ciudadanos están cansados e indignados con algunas de las situaciones que se dan hoy», apostilla. ¿Nueva novela a la vista? Lo resume con una frase: «Si dejas de pedalear, te caes». Y adelanta que ya tiene material avanzado, aunque no la imaginamos escribiendo una historia perdidamente romántica.
El sistema español, calcado
La verosimilitud en el libro con el sistema judicial español o con los escenarios es total: «Cuando hablo de los sótanos de Plaza de Castilla estoy describiendo un lugar real que conozco. Invito al lector a venir conmigo. Todo lo que sucede es ficción, pero en un entorno verosímil. No he cogido un caso concreto y lo he transformado en ficción, sino que cuento cosas que suceden dentro de los juzgados. Mi novela está pegada a una realidad procesal como es el sistema español, que es tan cinematográfico como puede ser el que refleja cualquier ''thriller'' americano», explica. Y añade que no es la única que «ha visto esta obra en una pantalla de cine. Y hasta ahí puedo leer». Admira a Simenon y confiesa su influencia, «sobre todo en la serie de novelas en las que hace un retrato psicológico de los personajes». Ahora lee «Nos vemos allá arriba», premio Goncourt, de Pierre Lemaitre.
«Peaje de libertad»
Elisa Beni
Espasa
374 páginas. 19,90 euros