La otra cara del siglo XX
John Higgs revisa el impacto que tuvieron la ciencia y los movimientos sociales
Las asociaciones intuitivas entre ciencia, arte, política y sociedad pueden seguramente narrar mucho mejor el «corto siglo veinte» (1914-1991) de lo que una historia evenemencial al uso podría conseguir. No estoy seguro de que otro tanto ocurra con lo que los historiadores han llamado el «largo siglo diecinueve» (1789-1914), aunque también se podría intentar. En todo caso, no serán sesudos historiadores los llamados a esbozar una historia del siglo XX a través de la interconexión de las ideas revolucionarias que hicieron de esta centuria algo único para la superación de la modernidad y el paso a la modernidad, sino seguramente una pluma ágil de ensayista, periodista y filósofo de lo cotidiano como la de John Higgs, una de las más adecuadas para hacerlo. En «Historia alternativa del siglo XX», Higgs comienza con una anécdota personal –la búsqueda de un libro de una historiadora de cabecera para su hija adolescente– antes de empezar a narrar el siglo como pocos lo han logrado.
Moldes newtonianos
Con un relato que da principio con el cambio de perspectiva que para la mente moderna supuso la teoría de la relatividad de Einstein, que rompía los moldes newtonianos sobre los que se había edificado el positivismo decimonónico –y el Imperio británico, entre otras cosas–, luego el patrón dólar iría sustituyendo al oro, el modernismo y todos los ismos quebraron el color y el punto de vista del espectador, y, como colofón, la guerra – «padre de todas las cosas», como vio el viejo Heráclito– revolucionó con su ensañamiento la historia de las ideas. El fin de la metafísica advino entonces: el fin de la historia, la decadencia de occidente y la quiebra del mito del progreso.
Higgs va saltando de uno a otro tema –terrorismo, totalitarismo, política internacional, economía, revolución sexual, nihilismo afrancesado o individualismo a ultranza– presentándonos a los protagonistas inopinados del siglo, desde el anarquista que quiso atentar contra el observatorio de Greenwich hasta el gurú de la psicodelia de los sesenta, entre hippies y beatniks, Timothy Leary, autor de «The Politics of Ecstasy». En definitiva, un viaje inolvidable por nuestro gran siglo, que va de lo moderno a lo postmoderno, en una montaña rusa de emociones e intuiciones que no dejarán a nadie indiferente y nos harán repensar el siglo con otra perspectiva.