Mendoza, un escritor modelo
Se cumplen 35 años de la publicación de una novela, «La verdad sobre el caso Savolta» –Eduardo Mendoza–, que renovó el realismo crítico insertando en el relato la ficción histórica, el documentalismo civil, la intriga visionaria y la denuncia política; una combinación explosiva que revisaba radicalmente la estética de la literatura testimonial. Pero el autor de esta transgresora escritura también se ha volcado en una narrativa aparentemente superficial, de clara intención cómica, con tendencia al esperpento, la irónica crítica social y el fingido melodramatismo temático. Desde la ya lejana «El misterio de la cripta embrujada» (1979) a la actual novela «El secreto de la modelo extraviada», Mendoza desarrolla esta sarcástica prosa que se comprende mejor a la luz de esa tradición anglosajona en la que conviven Chesterton, Wodehouse, Waugh o Tom Sharpe.
Esta última entrega arranca con el pretexto argumental de la desaparición de un perrillo faldero que motivará la intervención del ya conocido y atrabiliario detective protagonista de la serie. A partir de aquí, se suceden inverosímiles enredos, desquiciadas peripecias e hilarantes situaciones en las que no faltan, en el escenario barcelonés de siempre, los característicos personajes mendocinos. Entre la Barcelona preolímpica y la abigarrada ciudad del presente, se suceden escenas marcadas por una irracional y alterada cotidianidad que, más allá del logrado divertimento, satirizan una sociedad asediada por la crisis económica y un desnortado futuro. Tras esta desatada sátira anida una genuina narrativa picaresca, la huella del realismo simbólico y el esperpento valleinclaniano, la kafkiana presencia del absurdo y una lúcida mirada sobre la desmoralización colectiva. Sin pretensiones narratológicas, con el rigor de la mejor literatura humorística de crítica social, se consigue este retrato, sarcástico y deformado, de las contradicciones del presente y las incertidumbres del porvenir.