Novela

Policía retirado busca justicia

Michael Connelly sigue con «Del otro lado» la saga del detective Harry Bosch

Policía retirado busca justicia
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Cuando Harry Bosch se jubila de la Policía de Los Ángeles su peor opción es pasarse «al otro lado», al lado oscuro de los detectives privados, privados de placa y del respeto de sus compañeros. Si, además, Harry Bosch trabaja para un leguleyo como Mickey Haller, su hermanastro, la cosa se complica. No hay nada peor, y él lo sabe. Michael Connelly es un maestro fundiendo la novela negra clásica con la intriga judicial, y nadie mejor que Mickey Haller, el abogado que trabaja por las calles en su Lincoln –el «street lawyer»–, para encargarle el caso de un cliente al que cree inocente. Harry Bosch duda. El abogado busca demostrar su inocencia y Bosch tratará de encontrar al asesino que anda suelto.

El mayor de los problemas de Bosch es que un policía no es un tribunal de justicia, porque él va por libre. En la serie, su autor deja claro que su detective es un «outsider», alguien que tiene su particular concepción de cómo seguir pistas y demostrar la culpabilidad del asesino por encima de las convenciones policiales. Así manifiesta la incompatibilidad entre la investigación policial de Bosch y las habilidades y trucos de Haller, que solamente busca la absolución de su defendido. «Del otro lado» es un notable ejercicio de este choque entre la legalidad y la busca de la verdad.

- «Retirado e implacable»

En «Del otro lado» –«The Crossing», en inglés–, muestra ese conflicto entre el trabajo del policía y su excrecencia: el detective privado. Un intruso, despreciado en la novela negra, y todavía más si es policía y ayuda a Mickey Haller, personaje magistralmente interpretado por Matthew McConaughey en «El inocente» (2011).

Como Michael Connelly sigue la línea del «hard boyled» de Raymond Chandler, su personaje comienza a sentir en sus carnes la carencia de placa y el vacío policial. Algo ya presentido y enunciado en «La señora de la justicia»: «Me pregunto si conseguiré trabajo de detective privado después de esto. Como Marlowe». En este punto coinciden Chandler y Connelly, en la esencia de la novela negra y en la descripción crítica de Los Ángeles como esa ciudad desagradable que vacía a la gente y la corroe desde dentro. Las calles de Los Ángeles, mitificadas por Chandler y el cine negro de Hollywood, encuentran en el mundo de Harry Bosch su mejor expresión: West Hollywood, Cahuenga, Laurent Canyon, Sunset, La Ciénaga.

Divergen en la concepción del detective y en su estilo. Para Connelly Bosch es un tipo seco y honrado. Habla sin circunloquios y va directo al grano. No es muy agradable, ni de los que se rinden. Como lo define el policía corrupto Ellis: «Retirado e implacable es una mala combinación». Mientras que Marlowe es un duro melancólico, cínico y cáustico, alérgico a la autoridad y aureolado de un halo romántico del que carece el severo y cerebral Bosch. Lo mismo puede decirse de «Del otro lado»: una novela correcta. Bien tramada. Donde se aprecia la solidez del relato y la redondez de la historia, pero está desprovista de emoción y fuerza expresiva. Los fans disentirán, pero la verdad es que la corrección es el antídoto de la fascinación. Falta ese sentimental «El primer beso es mágico, el segundo íntimo, el tercero rutinario».