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Putin, el mayor enemigo de la libertad

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • Diego Gándara

    Diego Gándara

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Los tiempos, como suele decirse, han cambiado. Y no para bien, dado que se han vuelto en estos últimos años terriblemente peligrosos. Ése es, al menos, el panorama, un poco desalentador, que presenta Timothy Snyder en su nueva obra, donde además de identificar los malestares de nuestra época pronostica un futuro bastante incierto para el estado general del mundo, pues todo parece encaminarse, tal como el título del libro lo indica, hacia el fin de la democracia y la libertad. Asentada como forma ideal de gobierno y de organización social tras la conclusión de la Guerra Fría, la democracia liberal creyó que, con ella, llegaba el fin de la historia y comenzaba una época de paz y bienestar. Pero nada de eso ocurrió y, a diferencia de lo que soñaban los más optimistas, la historia ha vuelto a surgir desde sus propias cenizas, aunque los actores, ahora, dice el autor, son otros.
La reaparición de los partidos ultranacionalistas, el crecimiento del populismo, la fe en un líder fuerte, las pocas esperanzas depositadas en las instituciones democráticas y en el diálogo para lograr acuerdos comunes son algunos de los síntomas, afirma Snyder, que señalan que los tiempos han cambiado. Que ya no se vive, como en un pasado no muy lejano, en un reino de libertad, sino en una nueva forma de tiranía: la del autoritarismo, un mal cuyo germen el autor sitúa en la Rusia de Putin y que, gracias a la astucia del presidente ruso para contar siempre con colaboradores, en su país y en el extranjero, y fortalecer su poder, ha ido extendiéndose de este a oeste.
Como pruebas elocuentes de esa astucia, Snyder cita algunos hechos, tales como la guerra desatada en Ucrania o las cibernéticas, emprendidas tanto en Europa como en Estados Unidos, que no han hecho más que consolidar la alianza de Putin con líderes nacionalistas, multimillonarios o radicales, y promover, a la vez, el descreimiento en los valores occidentales sobre los cuales se han asentado Europa y Estados Unidos durante los últimos tiempos.
Sentido común y respeto
Entre aquellos que ven, ante un presente tan desalentador, un futuro que se erige como inevitable y los que imaginan un paisaje eterno de humillación, servilismo y malicia, Syner propone una salida basada en la búsqueda del sentido común y del respeto mutuo para mantener la paz y el orden mundial. Esa salida, sostiene, implica regresar a los fundamentos que dieron origen a la democracia liberal y a los valores sobre los que se ha sustentado una forma de vida: el respeto por la libertad, la tolerancia, el mantenimiento de un Estado de Derecho. El futuro, si eso no ocurre, se presenta como oscuramente incierto.