Que el lector juzgue al guerrillero
El presente libro, ya un clásico y escrito antes de ganar fama internacional por su biografía definitiva del Che Guevara, es un ajuste de cuentas revolucionario con el mundo de las insurgencias guerrilleras basado en los viajes del propio autor a través de cinco movimientos insurgentes dispares y lejanos en todo el mundo. Si, no hace mucho tiempo, la palabra «guerrilla» evocaba imágenes de idealistas que luchan por la justicia, hoy es muy probable que el término nos recuerde nociones menos románticas como «células durmientes» o «bombarderos suicidas».
Basado en una década de entrevistas realizadas sobre el terreno, el volumen nos adentra en la cultura humana de la insurgencia desde un puesto de observación de francotiradores en el desierto del Sahara Occidental –hogar de las guerrillas del Polisario– hasta un tribunal mujahidín en un campo de batalla afgano; desde las calles llenas de escombros de Gaza durante la primera Intifada, a la selva birmana o las montañas de El Salvador donde campaba a sus anchas el FMNL.
Este libro trata sobre un fenómeno global, en ningún modo local, sin detenerse a analizar las especificidades guerrilleras región por región, sabedor de que cada una es siempre la misma y que en todo tiempo hay una par de docenas de guerras de guerrillas que se están librando en cualquier punto del planeta. Algunas son étnicas o territoriales que vienen de antiguo y se reavivan por las armas y los consejeros de potencias regionales e incluso, con el tiempo, otras guerrillas han llegado a asumir el papel de Gobierno fáctico en sus feudos territoriales.
¿Qué es lo que hace que la gente normal decida ir a la guerra?, ¿qué induce a tomar la decisión consciente de matar y morir por un ideal que existe, al menos en principio, solo en la mente de cada cual? Este libro trata de esclarecer esa duda exponiéndonos un estilo de vida que, aunque a la mayoría nos resulte lejano, contiene aspectos universales de la existencia humana.
Como un cronista
Escrito en tiempo presente –pese a estar redactado entre 1988 y 1992– con la intención de transmitir al lector sensación de inmediatez no trata de las circunstancias particulares de las guerrillas que el autor visitó. Nos habla de los guerrilleros, tal y como se pueden encontrar en cualquier época o lugar, haciendo lo que solo unos pocos cronistas saben hacen: ir, ver, comprender y sentir, para luego contarlo.... Un poco como John Reed, a la manera de Hemingway y, en ocasiones, pareciéndose a Graham Greene.
Uno de los méritos de Anderson es que su ideología de izquierda no se refleja en estas crónicas porque lo que él hace es contar lo que ve y lo que puede probar. No opina ni pontifica. Las conclusiones –suele decir– «las tiene el lector, no yo». «Guerrillas» es una historia de lectura imprescindible, en la que el llamado «heredero de Kapuscinski» nos habla sobre la condición humana, que, dado un conjunto de circunstancias, también podría ser la nuestra.