Raras y ejemplares
El hallazgo de una mujer emparedada entre dos tabiques de una casa, que antes de morir bordara en sus ropas una leyenda terrible –«mi hermano me puso aquí»–, nos adentra en una trama negrocriminal ambientada en el Madrid del XVII. A partir de este hecho, nos sumergiremos en la historia de Ana Caro, ingenua dama de provincias que acude a Madrid desde Sevilla para desarrollar su carrera literaria y, en la capital, será acogida por María de Zayas, también devota de las letras. Dos mujeres que no desean matrimoniar ni profesar en religión, que eran los dos estados honrados para una dama de la época, por lo que entre ambas terminará naciendo una relación «estética» no exenta de calor. Juntas descubrirán los principales rincones de la Villa y Corte, sus costumbres, así como los ambientes literarios poco frecuentados por las mujeres, a diferencia de los salones franceses... Pero un día empezarán a llegar anónimos procaces en verso que las acusan de ser amantes.
Estructurada a modo epistolar, con un prólogo en forma de correo electrónico, seguido de una nota de sucesos y cuyo cuerpo central lo ocupan dos largas cartas, lo más reseñable de estas casi trescientas páginas es su prosa, que remeda el castellano de la época aunque deliciosamente adaptado al lenguaje actual. Combina meticulosamente diálogos, descripciones, refranes y dichos populares para ubicarnos en la España de Felipe IV, sin olvidar concienciarnos de la situación de las literatas en aquella época. Un tributo a las escritoras sin «una habitación propia» –que diría Virginia Woolf– inmoralmente condenadas.