Saviano, un tiro contra la coca
«Historias, historias, historias, de las que no logro liberarme. De verdugos y víctimas. De cultivadores, narcos, blanqueadores, periodistas que querían contarlas y terminaron asesinados. De jueces corruptos y de otros que luchan por erradicar lo imparable. De la comercialización al consumo pasando por la producción». Así expresa Saviano este libro que analiza el impacto del polvo blanco, el nuevo oro. Secuestros, torturas, trata de personas, asesinatos. Saviano nos ofrece un feroz informe sobre el tráfico de cocaína en un híbrido entre investigación, narración y lirismo que ya le condujo al éxito con «Gomorra». El impacto de este libro sobre la mafia –con más de dos millones de copias vendidas– reabrió el debate sobre el crimen organizado y fue el principio de un exilio protegido. Ahora vuelve a la carga con esta impresionante investigación sobre el narcotráfico con una firmeza absoluta. No en vano ha dedicado el libro a sus escoltas, que le ayudan a vivir en su cárcel blindada. Escribir, como leer, es un acto peligroso. Y a ello se ha dedicado, hasta el punto de que hacerlo sobre la coca se ha convertido para él en lo que fue Moby Dick para el capitán Ahab: una obsesión.
La droga del mundo globalizado
El arranque de «CeroCeroCero» (alude a la forma más pura de la cocaína: 0-0-0) es hipnótico, relatado a ritmo de drogadicto. Un recitativo en el que enumera a los consumidores. Una droga del mundo globalizado que se cultiva en América del Sur, llega a EEUU y Europa, y sus flujos de ganancias se reparten por todo el planeta. Relata de forma descarnada el acuerdo suscrito en los ochenta entre los narcotraficantes más poderosos: los colombianos liderados por Pablo Escobar, «El Mágico», y el mexicano Miguel Ángel Félix Gallardo, «El Padrino». Después de un tiempo, El Padrino entendió que el dinero con que le pagaban se devaluaba y que la cocaína era más conveniente: distribuirla en el mercado de EE UU fue el gran golpe. La guerra entre los cárteles comenzó en los 90. Sólo en México representa 50.000 millones de dólares. El saldo de los cárteles ha dejado de 2006 a 2012 más de 47.500 víctimas directas.
No existe ningún mercado tan productivo ni inversión financiera tan jugosa como la de la cocaína: «Si el combustible de los motores es el petróleo, el de los cuerpos es la coca. Eleva la vida al cubo pero la vitalidad que te regala la pagas con intereses de usura». Para ello se ven implicadas economías enteras: estados, fiscales corruptos, policías y un largo etcétera. Incluso asegura que grandes bancos continúan en crisis financiera por estar implicados en el lavado de dinero, porque «la banca a la que confiamos nuestros ahorros, los vestidos que nos ponemos, la casa en la que vivimos y la liquidez de la que disponemos tienen detrás el petróleo blanco que proviene del narcotráfico». Para combatir los resortes del narcocapitalismo, los estadounidenses han infiltrado a sus agentes en los cárteles y hecho arrestos espectaculares. Pero también recuerda el autor muchos casos en los que tras años de investigación y un gran uso de diversos agentes, errores procesales concluyeron con un juicio vano.
España no se libra. Nuestras costas siguen siendo el punto de entrada. Somos un país fundamental para las organizaciones del narcotráfico mundial. «La Policía trabaja sobre este asunto, hay jueces y periodistas valientes; sin embargo, se hace aún demasiado poco y España se ha convertido en la puerta europea del narcotráfico. Además, con la crisis, la liquidez la tiene sólo el narcotráfico, que se permite comprometer la vida democrática de cualquier país». Duras palabras las del italiano, que prosigue: «La Península corre el riesgo de convertirse en una colonia criminal de México. La liquidez que los cárteles están trayendo a España es infinita». En este momento, los países en los que se blanquea más dinero son Alemania, España e Inglaterra.
Quien fuera responsable del departamento de droga y criminalidad de la ONU, Antonio Maria Costa, dijo que las ganancias de las organizaciones criminales han sido el único capital de inversión líquida a disposición de algunos bancos para evitar la quiebra. La Drug Enforcement Administration ha calculado que los institutos de crédito europeo y estadounidenses lavan al año entre 500 y 1.000 millones de dinero sucio. Desde 1990 han entrado 5.500 millones de dólares en EE UU provenientes del narcotráfico. Bancos como Citibank, Hsbc y Wachovia han sido acusados de tener negocios con estas organizaciones. Lírico, confesional, periodístico, con renuncias voluntarias al estilo, Saviano logra que no veamos el mundo con los mismos ojos. Conocer comporta empezar a luchar contra uno de los negocios ilícitos más jugosos del planeta. Y a ello entrega su prosa y su libertad.