Umbral, lector de primera

En octubre de 2011 se celebró, auspiciado por la Fundación Francisco Umbral y la Universidad Complutense de Madrid, el I Congreso Internacional sobre este escritor fallecido en 2007. Bajo la referencia temática de «Los placeres literarios: Francisco Umbral como lector» se pretendía una puesta al día de su figura intelectual y de su significación estética en función de las lecturas y autores que marcaron su vida. Con idéntico título y en modélica edición del profesor J. Ignacio Díez se publican ahora los estudios que engrosaron aquellas jornadas y con los que podemos acceder a un Umbral minuciosamente estudiado en sus ascendentes e influencias más importantes. Cabe felicitarse de la entrada de este decisivo prosista contemporáneo –ya clásico– en las metodologías y criterios más académicos que, en este caso, conviven con una apasionante amenidad y una entretenida sistematización de temas, estilos y personajes.

A cargo de algunos de los más destacados especialistas en el deslumbrante autor de «Mortal y rosa», se calibra aquí la huella de Quevedo, Larra, Valle-Inclán, Gómez de la Serna, Gabriel Miró, Proust o Baudelaire; sin olvidar sus legendarias fobias hacia Galdós o Baroja, la particular relación humana y literaria con Delibes o la relación de su escritura con un curioso costumbrismo casticista. Todo ello sin dejar de afianzarse los ya conocidos perfiles umbralianos: la interrelación entre vida y literatura, la decisiva importancia de una pose como escenificación de una impostura estética, el impulso narrativa de lo trágico, la política como gran guiñol o ruedo ibérico del devenir nacional, el dandismo como actitud vital o toda una escenografía de folclóricas y marquesas acaso ya desaparecida; gran friso en definitiva de una amplia parafernalia de pícaros, arribistas, logreros y falsarios.

Merece especial atención el estudio de los lemas y epígrafes que abren algunas de sus más importantes obras, porque ofrecen el imaginario conceptual sobre el que este edifica sus admirativas obsesiones. Este libro aborda la tarea del infatigable lector (y escritor) que observa la realidad como transfiguración estilizada de lo leído, en un magnético juego de espejos del máximo interés y significación.