Una niña ha desaparecido

Krmpotic nos regala esta pieza a caballo entre el terror sobrenatural y el thriller psicológico que a un tiempo también es «negra» tanto en lo policial como por sobrecogedora. No en vano, en los agradecimientos, aparece John Connolly, el novelista que mejor combina lo asombroso y el «Tartan Noir». La historia arranca donde los adultos silencian los cuentos de hadas: la pequeña Anabel Prat desaparece bajo la lluvia. Sólo queda «un reguero de sangre y semen». Hay un asesino y también una periodista acosada por demonios a quien toca profundizar en el peor momento. Y quedan los fantasmas. Relato que destila aromas de «Al final de la escalera» o «La noche del cazador», y en el que se percibe la fragancia de «Otra vuelta de tuerca». Niños, silencios, desasosiego... Las voces que narran la historia son el murmullo de muchas gargantas. La primera persona pivota sobre la periodista Gloria, su ayudante Óscar o el superior Pardo. Pero, y lejos de la redacción, una voz sin identificar ejerce de narrador omnisciente. Los escenarios se alternan entre la pesadilla de la secuestrada, pasando por la familia angustiada y la redacción de un periódico en crisis. Flotando en esaenrarecida atmósfera, conoceremos los «espíritus» de la protagonista. La obra cartografía la topografía del miedo, donde no acecha un mal inminente sino el Mal a través de ambientes oníricos pero tambiénterrenales como la pedofilia o la violencia doméstica... Existe una ambigüedad buscada entre lo objetivo y lo subjetivo para escuchar este murmullo que inmoviliza, dejándonos impregnados de ácida desazón. Porque crea un mundo, no aludir a él... Y porque la redención sólo existe en la literatura británica y Krmpotic pertenece a la iglesia filokafkiana.

Es autor de «Las tres balas de Boris Bardin», «Historia de una gárgola» y «Sorbed mi sexo»

Ideal para... los amantes de los relatos oscuros, sobrecogedores y para aquellos que disfrutan sufriendo

Puntuación 8