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Vecchio y la manía de coleccionar

larazon
  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

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No resulta fácil dar con una original propuesta narrativa que sorprenda por su innovador argumento, ágiles episodios poco frecuentados, ocurrente construcción de personajes o extravagantes atmósferas cercanas a lo surreal. De todo ello hay en «La extinción de las especies» –finalista al Premio Herralde de Novela–, del narrador, ensayista, traductor y profesor universitario de literatura hispanoamericana Diego Vecchio (Buenos Aires, 1969). Es este un relato de tono simbólico, una metáfora que cuestiona, con entrañable ternura, el desatado cientifismo positivista, la tiranía del racionalismo, toda imposición dogmática y el imperio de las certidumbres. Aprovechando el millonario legado de Sir James Smithson, el joven naturalista Zacharias Spears funda en Washington un museo que albergará colecciones de remotas y autóctonas especies animales, fósiles de milenaria antigüedad, un ancestral utillaje popular, vestigios de pioneros del Oeste americano y huellas de la consustancial depredación de la Naturaleza. Las peripecias de este entusiasta científico, un punto engreído y algo petulante, recorren unas páginas cargadas de benevolente humor y sana ironía, que no esconden una ácida repulsa del conocimiento deshumanizado y la obsesión catalogadora.
La antropología etnológica tiene también su espacio con el resuelto capitán Benjamin Bloom, quien en su búsqueda de razas y tierras desconocidas conforma la figura del intrépido científico explorador, del excéntrico aventurero decimonónico. Se defiende la imaginación como complemento de la investigación naturalista y motor de la libre inventiva analítica: «El sueño de Mr. Spears era que quien visitara su museo y estuviera predispuesto para tal aventura, emprendiera un viaje hasta espacios y épocas remotas, desplazándose en un vehículo mucho más veloz que el más veloz de los ferrocarriles, como puede llegar a ser la imaginación cuando es custodiada por la ciencia» (páginas 35-36). La descripción de la génesis y evolución de las especies animales es hilarante, un prodigio de composición humorística donde se mezcla la ingenuidad expresiva con la parodia del empaque académico y la presuntuosidad erudita. Una inteligente novela que reflexiona sobre la transitoria condición humana.

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