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Walter Riso: «La mejor venganza con el ex es ser feliz»

Doctor en psicología y especialista en terapia cognitiva, asegura que la excusa de no divorciarse por los hijos es una «estupidez»
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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • C. S. Macías (malo)

    C. S. Macías

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Decía Napoleón que la única batalla que se gana en retirada es la del amor. Walter Riso, en su libro «Ya te dije adiós, ahora cómo te olvido» (Planeta) muestra a quienes han roto con su pareja cómo superar el dolor de la separación, cómo liberarse definitivamente del ex y, finalmente, cómo rehacer su vida de nuevo.
¿Hay vacuna para olvidar?
Es un proceso complicado. No hablamos de amnesia, sino de recordar al ex sin afecto, sin amor, sin odio ni apegos. El primer amor seguramente está ya en formol, lo tenemos ahí como un santuario y a medida que pasa el tiempo nos vamos desligando afectivamente, construyendo una relación más cognitiva que afectiva.
¿Cómo se olvida a alguien que olvidaste y regresa de nuevo?
Si lo olvidaste una vez, después de que elaboraste el duelo puede reaparecer vestido de Batman que ya no te va a interesar. Hay gente que como no termina de olvidar repite con la misma persona. El 90 por ciento de esas relaciones fracasan porque el otro ya no es el mismo de entonces, uno era de derechas y el otro de izquierdas y ahora han cambiado, etc. Encajar con los proyectos de vida, como el humor... Eso quizá ya no esté en el ex.
¿Es más difícil olvidar una historia que no fue?
Depende la intensidad de la historia, esa sería una variable importante; el efecto que te produjo. Hay personas que tienen una aventura, que estaban construyendo cosas y te marca a fuego porque te hace sentir lo que otro no logra. Aquí la biología juega un papel importante, porque puedes tener un patrón tipo Brad Pitt y acabas con un bajito, calvo, etc. El amor es una construcción social y personal.
El «no me divorcio por los hijos», ¿es una excusa? ¿Otra forma de amar?
Es una estupidez. Es un pensamiento irracional, porque es mejor una buena separación que un mal matrimonio. A los niños les afecta más ver unos padres indiferentes, agresivos o unos padres que no sea aman. El niño procesa todo eso, aunque ellos estén bien cada uno por separado con el menor. Recuerdo el caso de una mujer que tenía dos hijas y no se separó por ellas. La mayor le dijo un día a su madre: «Yo no te admiro porque si yo hubiera estado en tu lugar me hubiese separado». La madre le respondió justo eso: «No lo hice por vosotras» y la hija le dijo: «Precisamente tenías que haberlo hecho por nosotras, porque la imagen que nos diste fue de una mamá cobarde». Uno no sabe cómo lo procesan los hijos. Es mejor ser coherente.
¿Cuáles son los límites que no hay que rebasar en el amor?
Los límites te marcan cuándo salirte de una relación. Cuando no te quieren. Esto que parece obvio, no lo es. La gente no lo ve y busca excusas para seguir manteniendo la relación pase lo que pase. Si te dicen que no te quieren recoge todo y vete. Cuando tu autorealización personal está en juego, cuando tu pareja no te deja crecer como persona...
¿Y si no te lo dicen?
Hay alejamientos que son explicables por el estrés, por enfermedad y si no son explicables por eso la indiferencia afectiva en cualquier manifestación es clara. Una persona tiene el derecho de no amar a otro, pero tú tienes el derecho a que te informe a tiempo y no de un día para otro. Eso está mal.
Que te revisen el móvil, ¿sería un límite?
Es lo mismo. Si ante la primera violación de los derechos se reaccionara de una manera insistente y dijeras no, esto no es negociable, no lo volverían a hacer. Las buenas relaciones deben ser democráticas. Siempre digo que hay que hacer el amor con la carta de los derechos humanos debajo de la almohada.
¿Cómo se supera el odio? ¿Sirve para olvidar?
Puede servir en un estado momentáneamente, pero lo que se opone al amor no es el odio, sino la indiferencia. Porque el odio te atrae tanto como el amor. Si odias a alguien le tendrás todo el rato encima. Es muy difícil dejar de odiar, a veces se necesita una terapia. El rencor es la ira no expresada y ahí la solución suele ser el perdón. Hay que aprender a perdonar.
¿Aunque no te lo pidan?
Es que el perdón lo haces por ti, no por el otro. Ni siquiera hay que decirle a la otra persona que la perdonaste. Es un regalo que te haces.
Habla de la importancia de la desinformación con el ex. ¿Cómo se consigue si eres amigo de un hermano o si tienes hijos?
A veces eso no se puede hacer. Yo recomiendo llevarlo al límite. Si el ex es el hermano de una amiga, ir a visitar a tu amiga cuando él no esté, pedir que no te hablen de él, borrarlo de las redes sociales...
Si descubres las mentiras de un ex, ¿es bueno decírselo?
Cada uno inventa su propio ritual para olvidar. A veces puede ser ése, mandar una carta o escribirla y quemarla. Pero la mejor venganza con el ex es ser feliz.
¿El amor dubitativo es amor?
Es agotador y si es dubitativo no es amor. Lo que hay que tratar es que el otro no te cosifique. Si tu dolor no le duele, si tu alegría no le alegra estás transitando por el desamor.
¿Y cómo se olvida a los «Guadiana», esos que aparecen y desaparecen?
Esos son amores dubitativos. Lo que aconsejaría es sentarse con esa persona y decirle claramente qué quiere y que los juegos de ni contigo ni sin ti no te interesan. Ahí verás su reacción y tendrás la respuesta.
Dice que hay que retirarse con honores. ¿A qué se refiere?
Con dignidad, no suplicar, no humillarse. Aprender a perder.
El lector
«Estoy muy informado. No solo leo periódicos, sino que estoy muy al tanto de lo que acontece con los noticieros. La política es un tema que me interesa mucho y estoy muy al tanto de lo que está pasando en el mundo. Mis amistades también me informan de lo que ocurre en el día a día».