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Welsh, cuando el sexo cansa

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • Diego Gándara

    Diego Gándara

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Todo escritor puede correr el riesgo de repetirse. Mucho más cuando se trata de uno de éxito, con un público cautivo que no quiere otra cosa sino seguir leyendo lo mismo de siempre, aunque los envases cambien de forma pero el sabor de la trama conserve los ingredientes de costumbre.
Algo de eso le ha ocurrido a Irving Welsh, que con esta flamante novela, «Un polvo en condiciones», publicada originalmente en 2015 y que llega a las librerías españolas tres años después de «La vida sexual de las gemelas siamesas», ha vuelto a mezclar los ingredientes habituales de su universo (sexo, escatología, humor bizarro, etcétera) en una obra donde la forma, la trama, el débil argumento, resultan más importante que el fondo, el contenido.
Así, el autor de la celebrada «Trainspotting» vuelve a centrar las peripecias de su protagonista en su escenario favorito: Edimburgo. Y lo hace, otra vez, de la mano de Juice Terry Lawson, un hombre que se acerca peligrosamente a los sesenta y cuyas andanzas los lectores han seguido en novelas como «Cola» y «Porno». Taxista alocado de profesión y que se dedica al trapicheo de drogas, seductor empedirno que trabaja como actor porno en películas de mala calidad, encargado de una sauna cuyos dueños son unos mafiosos, la vida Terry Lawson desde entonces hasta ahora no ha cambiado demasiado, solo que se encuentra en otra situación y en otro tiempo.

El peso de los años

Porque Terry, que empieza a sentir el peso de los años en el cuerpo, debe andar por los carriles de una ciudad en la que un terrible huracán (el «Tocapelotas») amenaza, además, con llevarse todo por delante. Es el año 2011 y Terry cree que puede (lo siente en el corazón) estar viviendo, quizá, sus últimas aventuras, con lo cual no duda en embarcarse en lo primero que se le aparece, como buscar a una chica desaparecida, reencontrarse con una antigua amante a la que ha vuelto a ver casualmente en un funeral, o meterse en un ambiente de pandilleros y mafiosos, de prostitutas y suicidas, hasta que su energía sexual comience a torcerse tras un un problema de corazón y Terry ya no pueda soñar, siquiera, con un polvo en condiciones.
Podría afirmarse, fácilmente, que esta novela es Welsh en estado puro. Es decir, que el público lector cautivo del autor se encontrará, otra vez, con un estilo tan veloz como ligero, con la queja constante como motor de una trama escatológica, con un humor disperso en anécdotas y en una visión amargada del mundo, pero, sobre todo, con un escritor que ha sabido serle fiel a fuerza de repetirse.