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Madrid, capital del arte iberoamericano

La filántropa Ella Fontanals cede a Madrid una parte de su importante colección, que tendrá su sede en el edificio de Tabacalera y que se inaugurará en un par de años.
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La filántropa Ella Fontanals cede a Madrid una parte de su importante colección, que tendrá su sede en el edificio de Tabacalera y que se inaugurará en un par de años.
Ella Fontanals comenzó a coleccionar allá por los años setenta. Nació en La Habana, vivió durante un tiempo en tierras venezolanas y reside a caballo entre Miami y Madrid. Han pasado casi cuarenta años de compras y visitas, de viajes buscando esa pieza esquiva y atesora una colección imponente, una de las más importantes en manos privadas. De hecho su nombre es uno de los indispensables en las listas del mundo del arte. Muchos coleccionistas como ella lo que desean es compartir, de ahí que haya decidido realizar una de las cesiones más importantes que se recuerdan a la capital de España. Hoy se firmará el preacuerdo entre la propietaria y el Ministerio de Cultura y hoy también dará a conocer en ARCO la letra pequeña del mismo, el número de obras que se expondrán en Madrid, qué periodos comprenderá, qué artistas estarán presentes, durante cuánto tiempo... En palabras del ministro de Cultura Méndez de Vigo, que compareció ayer a petición propia en la Comisión de Cultura del Congreso para explicar el proyecto «Español global», se trata de «una colección muy importante» y que «viene a España porque le parece –a Fontanals-Cisneros– un buen sitio y porque se siente identificada con la cultura en español». Las obras de reforma, rehabilitación, acondicionamiento y mantenimiento de la sede elegida correrán a cargo del Gobierno, mientras la fundación de Fontanals se compromete a pagar a los arquitectos que diseñen el proyecto.
El germen primero de su colección fueron obras de América Latina, aunque con el tiempo ha ido ampliando su ámbito y así atesora más de 2.000 obras, entre fotografía y videoarte junto con una de las más importantes representaciones de la abstracción geométrica de América Latina, con artistas como Gego, Jesús Rafael Soto, Alejandro Otero, Lygia Clark y Mira Schendel. También abarca fotografías de Barbara Kruger, Vik Muniz, Thomas Struth y Andreas Gursky e instalaciones de Julian Rosefeldt, Olafur Eliasson, Rafael Lozano-Hemmer y Ai Weiwei.
Con «A» mayúscula
Por eso recibía ayer uno de los galardones más importantes del mundo del coleccionismo, el que concede la Fundación ARCO (su ya emblemática «A») y que este año cumple su vigesimo segunda edición. Aunque no era la única (seguro que sí fue la más solicitada), pues junto a ella estaban Alicia Koplowitz-Grupo Omega Capital, parte de cuya colección se pudo ver en 2017 tanto en París como en el Museo de Bellas Artes de Bilbao; la colección valenciana Per amor al l’art, con la que se ha inaugurado el espacio Bombas Gens en Valencia, así como la labor del portugués Armando Martins y su familia, que cada mes de mayo muestran sus obras en el Palacio de Correio Mor, en Loures, cerca de Lisboa; la colección Luis Paulo Montenegro (cuyos fondos se pueden ver ya en la sala de exposiciones de la Fundación Banco de Santander), así como la de Arte Latinoamericano de The Museum of Fine Arts Houston, todas ellas premiadas por su trabajo en favor del desarrollo de la cultura contemporánea.
La colección de la filántropa se encuentra ahora al cuidado de la Fundación de Arte Cisneros Fontanals (CIFO, en inglés), sin afán de lucro y que ella estableció en 2002 conjuntamente con su familia. Esta cesión se une a la de otra coleccionista que recalará en el espacio 9 de Matadero: la de la Fundación Sandretto Re Rebaudengo, otra de las imprescindibles dentro del panorama artístico internacional y cuyo local ha cedido el Ayuntamiento de Madrid por un periodo de cincuenta años.