Melendi: «Algunas de mis canciones me generan urticaria»

Se presenta a la entrevista de frente, con ganas y sin dobleces. Ramón Melendi Ospina (Oviedo, 1979) ya es todo un veterano con 14 años de carrera y está cansado de la imagen de bandarra que, ya sea por méritos o exageraciones, existe de él en España. Habla con total claridad y quizá esa franqueza sea la razón de que sus temas hayan sido los del artista español más escuchado en Spotify en el año que se acaba. Melendi no especula con las respuestas. Su naturalidad desarma, y eso es algo demasiado infrecuente en un mundo de músicos autómatas. Publica ahora «Directo a septiembre», un disco y DVD grabado en Las Ventas bajo un ambicioso montaje.

–No está al alcance de cualquiera llenar Las Ventas

–Es una sensación muy bonita porque es un disco muy especial y por eso lo llevamos a grabar al directo. Tengo siete discos y este es el segundo que grabo hacía diez años. Me decidí porque el mensaje era bonito dejarlo grabado. Creo que es un mensaje positivo, vital e importante, que es quitar esas barreras que el tiempo nos va generando y que nosotros levantamos sin darnos cuenta. Cuando las identificas, las puedes derribar, apartar de ti. El problema es llegar a savber que existen porque son invisibles pero te condicionan la vida. Y de eso hablo en el prólogo del disco, de darle a la gente armas para que se den cuenta de que tienen barreras que deben apartar. Y me pareció bonito grabarlo porque es como un libro. La mente es muy puta, y todos tenemos dentro oscuridades y sombras. Cuando estás en la sombra, necesitas algo que te saque de esa zona peligrosa. Y este disco tenía un mensaje global que quería dejar constancia.

–¿Cuáles eran esas barreras que se ha quitado?

–Pues tenía muchas, y muchos complejos.Por ejemplo, de macarra o de macho y tal... Y cuando lo identificas y lo quitas de tu vida puedes ser normal y no tener que estar finjiendo. ha sido muy liberador y yo he tratado de lanzar ese mensaje a los chicos jóvenes. Porque el problema es que sólo te engañas a ti mismo. Cuando tú descubres ese pastel, todo el mundo ya sabe en el fondo quién eres, no le engañas a nadie.

–O sea, que el mensaje del disco es «sé tú mismo».

–Exacto. hay que pensar qué nos lleva a esos conflictos. Y la actitud es casi siempre flagelarte o torturarte por algo, nunca salimos del bucle.

Y la clave es dejar de maltratarte a tí mismo. Y eso se lo he transmitido a los jóvenes y en las redes he visto que la gente lo ha entendido. Y eso me llena, que la gente lo pille antes que yo, a mis 37 años... (risas).

–En tu caso es la imagen del chico malo.

–Exacto. Que no se ajusta a la clase de persona que soy. Todos hemos tenido rebeldías y miedos y has puesto una cara que no es la tuya. Pero mira, llega un día que te das cuenta y dices: «Ya está».

–A eso hay quien lo llama madurar.

–Sí, claro, es un proceso vital. Todos lo tenemos. Pero es que mi madre dice que mi adolescencia ha sido la más larga de la historia. He tenido una adolescencia del récord Guiness. te prometo que de los 18 a los 33 me ha durado... la más larga, seguro.

–¿Cómo se queda uno cuando te sacas el peso de encima?

–Pues cuando luchas por tu conciencia individual, eso tiene lo tuyo, pero luego viene la colectiva, la social. Todo te influye y te afecta. Y piensa que no quieres que tus hijos pasen por lo mismo que tú. Y a veces ser tan consciente es agotador. Algunas noches prefiero volver a ser un inconsciente. (Risas) Es mucha presión pero hay que saber cómo. Estoy en una conciencia mucho más social y me gustaría plasmarla en el próximo disco.

–¿Va a hacer un disco social?

–Sí, y de forma premeditada. No voy a dejar lugar tanto al subconsciente. De todo lo que escribo lo leo muchas veces para estar convencido. No vaya a ser que en el escenario me vaya a pitar algo.

–Lleva 14 años de carrera.

–Ya identificas las cosas que no funcionan. Ahora mismo, todas las canciones que canto en directo son canciones con las que no tengo ningún conflicto.

–¿Por que hay algunas que no quiere cantar?

–(Niega con la cabeza) Porque si viene una canción que no me gusta, me pierdo. Y al siguiente tema, me resbalo y me caigo. Empiezo a pensar «me cagüen... ¿por qué canto esta mierda...?» y la gente lo nota. Y me pongo mal y empiezo a resoplar y ya empiezo con el látigo y tal... Y lo arruino. Así que a partir de ahora, les guste o no les guste, sólo canto las canciones con las que estoy de acuerdo.

–¿Aunque haya alguna que el público esté esperando?

–Sí, como «Caminando por la vida». Pero es que no puedo. Y es peor para ellos, porque me voy del concierto.

–Pues debe ser una de las preferidas.

–Pero es una urticaria. Y no es un mensaje malo, no tengo conflicto, pero me genera un aburrimiento tan espantoso...

–No la siente.

–No. Y al final voy a remolque. O algunas del primer disco, que están muy bien, pero son mensajes que hice con 17 años y no tienen ya mi aire. Por eso creo que ha salido la gira bien.

–Algo tendrá que estar haciendo bien si es el artista español más escuchado en Spotify.

–Ha salido la noticia estos días. Para mí es más importante de lo que parece. Porque es fundamental que la música con «copyright» llegue a la

gente. Porque es un equilibro que es positivo.

–Algo le llega al artista, ¿no?

–Es simbólico, pero lo simbólico es importante. De pagar un céntimo a que sea gratis, hay una distancia enorme. Y que sea escuchado en este soporte, que es el presente y el futuro, me hace sentir parte del hoy.

De que estoy en el número uno de los del hoy. Y eso me hace sentir que la gente me escucha en el presente.

–¿Le busca explicaciones al éxito?

–Yo se las busco a todo (risas). me puedo volver loco con eso. Es mi problema. Y a veces la primera impresión no es la mala. Alguna vez le he dado tantas vueltas a la canción que estropeas el mensaje original. Pero es lo que soy.

–¿No sabe por qué sus canciones le gustan a tanta gente?

–Pues yo creo que a pesar de tener tantas barreras, siempre fui muy honesto con el interior. Todo lo que reflejaban los discos era ese conflicto y la gente se identifica porque todos los tenemos. Nos hemos soportado mutuamente el público y yo. Creo que consuela saber que los demás tienen las mismas dudas que tú. Creo que eso es lo importante de la música. Seguiré haciendo canciones toda la vida.