Música junto al lago

Este Festival se desarrolla a orillas del Lago Maggiore, con Stresa como epicentro. En el histórico Castillo del siglo XIII de Rocca Borromeo de Angera tuvo lugar el concierto de Anzellotti, un artífice de la fisarmónica cuyos pequeños botones abarcan una interválica equivalente a la del piano. El artista supo crear un clima espiritual unido al austero marco. Escuchamos el concentrado «Tombeau a la muerte de Monsieur Blancheroche» de Froberger y cinco obras dedicadas a Anzellotti de Vassena, Hosokawa, Schöllhorn, Dayer y Berio. Las posibilidades del instrumento acabaron de definirse con las transcripciones de seis «Piezas para clavecín» de Rameau y seis «Danzas rumanas» de Bartók. El concierto de Arcángel y la Accademia del Piacere en el moderno auditorio de Verbania nos hizo ver los lazos entre músicas coloniales de ida y vuelta y el flamenco, donde el cantaor onubense se recreó en largos y agudos melismas. Fusión de instrumentos barrocos (guitarra, 3 violas de gamba, 1 violón), la guitarra flamenca de Miguel Angel Cortés y las virtuosas percusiones de Agustin Diassera. Junto a ellos la luz penetrante de la voz de la soprano Mariví Blasco y la dramática coreografía de la bailaora Patricia Guerrero. Fahmi Alqhai supo concertar todo el complejo mestizaje.

La resplandeciente Sinfónica de Londres, dirigida por el apasionado Noseda, ofreció, en el Palacio de Convenciones, un atento acompañamiento a la temperamental Khatia Buniatishvili, que supo decir con propiedad las extensas cantilenas del «Concierto nº 2» de Rachmaninov. La sesión se cerró con una recreación fulgurante de la «Cuarta Sinfonía» de Chaikovski, en la que Noseda supo desplegar su reconocido instinto musical.