Burning, más leyenda todavía
El grupo celebra su 40 aniversario en Madrid mientras Fernando Colomo ultima un documental sobre su historia y mito
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El grupo celebra su 40 aniversario en Madrid mientras Fernando Colomo ultima un documental sobre su historia y mito
La muerte de Joe Cocker ha dejado helado a Johnny Cifuentes, superviviente al frente del mítico grupo madrileño Burning. «Últimamente las bajas están siendo muy duras, de personas que admiro mucho como músicos, como Bobby Keys el otro día. No me gusta ver a la de la guadaña rondando a la buena gente», dice con una ligera inflexión cheli de voz. Cifuentes, fundador de la más legendaria banda de rock que haya dado la capital, está, de todas formas, emocionado. «Esta noche tenemos cita con Madrid, en Malasaña, Plaza de Barceló, metro Tribunal –encadena las coordenadas– y va a ser un concierto mágico». Cierran la gira por España de «Pura Sangre», el disco que editó el grupo el año pasado, 11 después del anterior, con una formación que en la actualidad componen Cifuentes (voz y teclados), Eduardo Pinilla (guitarra), Carlos Guardado (bajo), Kacho Casal (batería), Nico Alvarez (guitarra) y Miguel Slingluff (saxo). «Hemos hecho un repertorio que mira atrás, pero hay muchas canciones que se quedan fuera porque llevamos 16 discos en nuestra historia. Habrá temas antiguos, nuevos y alguna versión de nuestros papás, los Rolling Stones», dice. Algunos como «Mueve tus caderas», «Es especial», «Como un huracán» o «Una noche sin ti» siempre están en la lista de deseos. «Pero no somos Bruce Springsteen, que toca tres horas y media. Como dice Keith Richards, hay que ir al baño, hombre».
«Somos de ley»
«Pura Sangre» llegó después de vencer unas cuantas dudas. «Como todo el mundo, te preguntas si continuar. Sin embargo, me miré al espejo y me di cuenta de que tengo un corazón que funciona y que todavía puedo conseguir emocionar escribiendo canciones. Y así se disiparon mis dudas, aunque soy de carne y hueso y dentro tengo también demonios», explica. Burning cumple 40 años superando una legendaria historia de mala suerte como banda, pero no hay un segundo que gastar en retiradas. «Los últimos 35 años se me han pasado volando –bromea–. Somos un grupo con mucho recorrido y mucho equipaje, así que éste es el momento de ir a ver a Burning. Te aseguro que estamos mejor que en los setenta, pero mañana puede ser demasiado tarde». Tampoco se considera un superviviente a pesar de serlo, porque es el único miembro original de los de La Elipa. «No, yo me considero un tipo que se lo ha pasado en grande. Todo comenzó como un juego y ahora es mi sueño y jamás me escucharás venir con el rollo ese de ‘‘no nos han valorado’’ o de ‘‘nos merecemos una calle’’. No voy a llorar con lo divertido que ha sido». Algo más que eso, su trayectoria es merecedora de una biografía ya publicada («Burning Madrid», 66rpm) y de un documental sobre su historia como grupo, que tiene casi acabado Fernando Colomo, llamado «Noches de rocanrol». Combinando imágenes del presente y algunas del archivo de TVE, Colomo trata de contar la dramática y mítica trayectoria de esta banda. Además, supone el reencuentro del director de cine con Burning, a los que encargó que hicieran el tema principal de «¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?». «Esa canción tiene mucha culpa de que hoy sigamos aquí. Se hizo deprisa, en un fin de semana, pero con ganas, y quedó una obra maestra. Estáxbamos impregnados de Lou Reed y de su estilo arrastrado. Colomo ya tenía música de Aute, pero se empeñó en que hiciéramos ese tema. Y la verdad es que al final ha perdurado más que la propia película». El grupo sigue despertando el interés real de la gente. «Eso emociona. Ha merecido la pena este viaje con todos esos momentos. Creo que hay cariño, respeto, admiración. No sólo somos un grupo de culto, lo noto en las ciudades a las que vamos. Hay murmullo. La gente viene a vernos porque somos muy de ley, muy auténticos. Nuestra carrera no se ha movido un ápice del camino que queríamos. Y eso la gente la valora. Yo noto eso, me transmiten cariño, respeto y admiración».
Precisamente la época de «¿Qué hace una chica como tú...?» fue ese momento en el que Burning pudo haberse convertido en un nombre para el gran público, como lo llegaron a ser Tequila. La canción prometía un trampolín de popularidad, pero ni siquiera resolvió los problemas económicos de un grupo que gastó todo lo que tenía encima del escenario y después de los conciertos. «Lo que nos trajo esa canción fue una conexión con el centro de Madrid, que es donde se estaban dando muchas cosas interesantes a la vez. Nosotros no éramos del centro, pero en esa época nos mudamos allí, a Malasaña, donde tocamos el viernes otra vez».
Sin control sobre su discografía
Los fans de Burning a los que les faltaba algún disco sabían lo difícil que era encontrarlos. Hasta que Cifuentes publicó «Pura sangre» y, milagrosamente, reaparecieron en las tiendas. «No tengo ningún control de lo que se publica del pasado. Solo del último disco, que lo edité con mi sello El Cocodrilo (que es también el nombre del bar que regenta en Aluche). De lo demás, ni lo decido ni percibo nada en absoluto». Como casi todos los músicos, malos gestores. «No perderé mi energía por cobrar cuatro pavos, cuarenta o cuatrocientos, la verdad. No me corroe. Si estuviera mal igual intento arañar... o matar a alguien. Ocuparme de abogados me cabrea. Y así no es imposible ponerse a escribir».