Conciertos

Canarias, con Muti

La Razón
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El Festival Internacional de Música de Canarias posee una larga tradición. Por él han pasado casi todos los grandes artistas desde su aquella ya lejana edición de 1985 en que se celebraba el Año Europeo de la Música junto con los tricentenarios de Bach, Haendel y Scarlatti y el entonces melómano presidente de Canarias Jerónimo Saavedra decidió crearlo. No era una boutade, ya que Canarias contaba con una muy digna tradición musical, no ya por sus esforzados amigos de la ópera sino por la Sociedad Filarmónica de Las Palmas, de la que fue presidente Saint-Saëns. Giulini, Neumann, Celibidache, Solti, Abbado, Mehta, Barenboim, Colin Davis, Gardiner, Esa-Pekka Salonen, Rattle, Thielemann, Sawallisch, Chailly, Haitink, Jansons o el propio Muti, figura estelar de la edición, son algunos de los directores que han pasado por la muestra. Entre los solistas recordemos a Kraus, Domingo, Carreras, Netrebko, Von Otter, Rostropovich, Zimerman, Pogorelich, Maria Joao Pires, Ashkenazy, Lupu, Perahia, Pogorelich Uchida, Stern, Midori, Mintz, Szeryng, Yo Yo Ma, etc. A lo largo de estas treinta ediciones se ha prestado dedicación muy especial a los estrenos, buena parte de ellos a través de encargos a compositores como Berio, Penderecki, Gobaidulina, Reimann, Rihm, Arvo Pärt, Henze, Stockhausen o los españoles Halffter, De Pablo, Marco, Guinjoan, Falcón Sanabria, Encinar, Macías, Aracil, Del Puerto, Sánchez-Verdú.

Sólo ha contado con tres directores en estas tres décadas: Rafael Nebot, alma máter hasta su fallecimiento en 2008, brevemente Juan Mendoza y en la actualidad Candelaria Rodríguez, a quien le ha tocado bregar con una crisis económica que se deja sentir. Bajo su mandato se han ampliado los conciertos en nuevos espacios de las ocho islas y prestado mayor atención a los conjuntos españoles. La edición que conmemora sus treinta años será sorprendentemente la más breve de su historia, concentrándose en veinte días. La reducción en duración y espectáculos, así como la potencia de una Orquesta de Chicago con Muti al frente que no visitará la Península, favorece una mayor afluencia a las taquillas, repartiéndose las localidades prácticamente al 50 por ciento entre público local y extranjero. A Chicago se añaden el Siglo de las Luces, la Kremerata Báltica y las locales Sinfónica de Tenerife y Filarmónica de Gran Canaria, que cerrará con Halffter al frente. La edición de las tres décadas, breve y sin estrenos, deja una cierta inquietud ante el futuro de un festival que, como todos los demás en el país, ha de replantearse muchas cosas para adaptar y actualizar sus filosofías a los tiempos que corren.