Crystal Fighters, una banda de hippies
Los británicos presentan de gira «Everything Is My Family», un disco hedonista que les abre las puertas de los grandes recintos en España
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Los británicos presentan de gira «Everything Is My Family», un disco hedonista que les abre las puertas de los grandes recintos en España
Su música es más apropiada para una fiesta en Tailandia o una rave playera en Menorca, pero el calendario ha querido que vengan a España con diciembre comenzado. Crystal Fighters tienen una fuerte vinculación con España, donde son más populares que en el resto de países, como prueba una gira que les trae a La Coruña (3 y 4 de diciembre), San Sebastián (5), Barcelona (7), Granada (9), Valencia (10) y Madrid (14), donde podrían alcanzar un aforo de más de 8.000 personas. En su último disco, «Everything Is My family» (Pias), la conexión con nuestro país y con el mundo hispanohablante ha seguido creciendo. Hablamos de ello con Sebastian Pringle.
La mejor prueba de esta intensa relación es el primer corte del álbum, que incluye la voz de un chamán de Costa Rica con el que el grupo estuvo aprendiendo meditación tras una dura gira que terminó en 2014. «Sí, allí aprendimos meditación profunda, que es una técnica que se basa en ensanchar tu conexión con la naturaleza y con tu propia esencia humana», explica Pringle. «Ya sé que esto suena todo muy hippie, no hace falta que me lo digas. Pero realmente queríamos comprender qué es eso de vivir en un país tropical, coger la fruta del árbol, cultivar verduras y hacer trabajo de granja. Ha sido muy inspirador cambiar la forma de escribir canciones, sustituir el estudio por sentarnos alrededor del fuego. Fue productivo y eso que el principal propósito no era otro que el de desconectar de una gira agotadora». Sin embargo, han vuelto a la ciudad, queremos pensar que a vivir de forma convencional y no como un hare krishna. «Pues claro. Vivimos como personas normales, integradas (ríe), no como excéntricos trasnochados. Pero mantenemos esas experiencias dentro de nosotros. Aprendizajes como el respeto por la naturaleza y las personas. Me gustan los dos modos de vida», explica. El grupo tenía que asimilar también el fallecimiento de Andrea Marongiu, batería del grupo, durante la última gira. «¿Cómo decírtelo? Era una persona magnífica y un batería excelente. Sigue con nosotros. Pero puedes comprobar que necesitábamos asimilarlo todo».
- Acción y reflexión
Una de las componentes originales de Crystal Fighters que ya no sigue en la banda, Laure Stockley, tiene ascendencia vasca y en su primer disco el grupo de Londres descubrió la txalaparta un instrumento que siguen tocando. Incluso presentaron su anterior trabajo, «Cave Rave», en las famosas cuevas de Zugarramurdi (Navarra). «Además de en Suramérica, antes de volver a tocar juntos, estuve seis meses en el campo, en el País Vasco. Fue mi primera experiencia viviendo en el campo y allí practiqué un poco mi español y también con la txalaparta. Sigue muy presente en este disco, pero es incómoda para viajar con ella, y no siempre la podemos llevar de gira, así que la tenemos que sustituir por un teclado. Por cierto, que también pasé algunos meses en las Islas Canarias, así que hay bastante de paisaje español en el disco». Quizá podamos hablar en español en la siguiente entrevista. «Oye, pues estoy progresando. No me atrevo a escribir canciones, pero cuenta con ello». Frente a los discos más filosóficos, en este álbum hay más acción que reflexión, con temas descaradamente pensados para una fiesta de verano en diciembre como «Yellow Sun», «Good Girls», «In Your Arms» o la muy fiestera «Ways I Can’t Tell». «Estoy de acuerdo. Se centra en celebrar la vida que tenemos. Puede que lo sucedido con Andrea nos haya marcado. Hay un subtexto claro en el álbum que invita a superar el pasado y no arrastrarlo como una bola con cadena. Luego hay algo de sueño cósmico porque ya nos conoces, es nuestra forma de escribir». Y de vivir. Unos hippies, vamos.
- Dónde: Barclaycard Center. Avda. de Felipe II, Madrid.
- Cuándo: 11 de diciembre. 19:30 horas.
- Cuánto: 35 euros.