El Pescao juega en un «disco independiente, pero no “indie”»
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“Un disco independiente, pero no indie”, es como David Otero, alias El Pescao, define el producto de su primer álbum lejos de la gran industria musical -el segundo en solitario fuera de El Canto del Loco-, una aventura autogestionada en la que se ha permitido, sobre todo, disfrutar. “He aprendido que hay que jugar y pasarlo bien, si no, no tiene sentido. También que hay que quitarle hierro al sufrimiento que existe en las bambalinas de un disco”, afirma a Efe el músico madrileño, que enfocó el trabajo de manera novedosa.
“Ultramar” (publicado en colaboración con MUWOM, la empresa de Carlos Jean) no se ha gestado de espaldas a su potencial oyente, sino abriendo las puertas de la cocina e invitándole a participar en algunas decisiones, por ejemplo, en la elección del último tema del repertorio, que resultó ser “Azul y blanco”, el primer single.
Todo eso fue posible porque rompió con las multinacionales, con los “contratos enrevesados que lo vinculan a uno de por vida” y asumió las riendas de su carrera. “Decidí no pasar por ahí y poner mi punto de rebeldía a este mundo”, explica.
“No me considero ni ‘indie’ ni ‘mainstream’ (comercial o mayoritario), porque no hay una multinacional apoyando la promoción con millones de euros, solo David Otero, El Pescao, que está contentísimo de tener disco nuevo y de que vaya bien”, asegura.
El lanzamiento coincide con una nueva sentencia que condena a “Tibu”, ex representante de El Canto del Loco, por apropiarse de más de 60.000 euros de la gira del grupo en 2009 y que se une a otra previa por una cantidad aún superior, de más de 200.000 euros.
“Cuando llega una sentencia así después de tanto tiempo, ya ni te alegras. Es una pena que la gente no sea capaz de ser honesta”, resuelve Otero, que no quiere que aquellos hechos empañen el horizonte de su nuevo disco.
Como reza el título, este es un álbum fabricado entre dos continentes con un océano de por medio. Por un lado está Buenos Aires, la ciudad a la que huyó con su familia en busca de aire fresco.
“El bonaerense es un ciudadano muy alegre y positivo, que vive con pasión las cosas, y eso se contagia”, cuenta.
Especialmente clarificadores sobre los motivos de su marcha temporal a ese país, lugar de origen de su pareja y madre de sus dos hijos, son los versos de “Azul y blanco”.
“Pasé a buscarte y se nos hizo tarde / La noche terminó perdidos por las calles / Dejé mis hojas secas en Buenos Aires / Y ahora puedo dar lo que no pude antes”, canta sobre lo que él considera un necesario “proceso otoñal para mudar la piel”.
En la capital argentina nacieron más canciones, unas dedicadas a la ciudad, por ejemplo a las calles del barrio de Palermo, y otras que derivaron a temas universales, como “Sucede”, que habla de las discusiones de pareja y que interpreta junto a Rosario Ortega, hija de Palito Ortega.
El otro pedazo de tierra importante para este álbum es Londres, donde lo grabó junto al productor Max Dingel, colaborador previo de los españoles Miss Caffeína y también de Goldfrapp, Glasvegas, The Killers y Muse.
Partiendo de esa recién estrenada filosofía lúdica, era inevitable que su nuevo disco se entregara a su pasión por la ciencia ficción y, de ahí, a lo que Otero considera el equivalente de este género en la música, la electrónica.
“Hubiera tirado hacia la ciencia ficción si hubiera sido escritor o director de cine. El que más me gusta es Steven Spielberg. Igual es el más comercial, pero mi madre dice que, cuando me llevaron con 2 años a ver ‘E.T.’, al salir era otro niño”, recuerda.
Fue Dingel quien desarrolló los arreglos electrónicos con sintetizadores que entroncan con “Castillo de arena”, uno de los éxitos de su anterior disco, “Nada lógico” (2010).
Pero “Ultramar” encierra más recovecos y giros inesperados. En “Pachanga” juega con el hip-hop y en “Delay”, que trata del acto sexual, se sumerge en el influjo del grupo Babasónicos. Hay “pop épico” y ochentero en “Lo que no veo” y cierta catarsis folk a lo Of Monster and Men en “Azul y blanco”.
Además juega un papel fundamental la paternidad. Ahí está “Llamando a gritos”, que ahonda en qué siente un bebé en el vientre de su madre, y “Cuando llegas tú”, dedicada a su hijo, nacido en el lapso entre discos.
“Es fácil tensarte musicalmente si te pesa la responsabilidad de la familia. Cualquiera que es padre sabe que, cuando tiene bocas que alimentar y colegios que pagar, el beneficio económico pesa de manera distinta”, reconoce.
En ese momento se hizo especialmente necesario el consejo de un amigo experto en técnicas para afrontar la loca vida moderna. “¿Tus hijos van a dejar de comer? ¿Te vas a quedar sin casa? Relájate y disfruta, porque tienes un trabajo para ello”, le dijo.
El Pescao estrenará el álbum en directo el próximo sábado con un concierto en la sala Joy Eslava de Madrid y después viajará al Teatre Principal de Barcelona (24 de octubre) y a la sala La 3 de Valencia (25 de octubre).