En la variedad está el gusto

Cuatro horas de música dan para mucho, más aún si las canciones se suceden con agilidad de radiofórmula: el azúcar de Pablo Alborán y Manuel Carrasco, el buenrrollismo de Macaco, la voz poderosa de Malú o la presencia de un veterano en galas como Miguel Bosé, que podría ser el padre, y casi el abuelo, de buena parte de los artistas que desfilaron por el cuádruple escenario habilitado para la ocasión. Esto y más se vivió ayer en el Palacio de los Deportes de Madrid, con entradas agotadas desde hace semanas para asistir a la novena edición de «La Noche de Cadena 100», que arrancó con el pop vacilón de Efecto Pasillo.

Otra ración de pop, en modo blandito, llegó de la mano de Melocos y Lagarto Amarillo, mientras las chicas se hacían fuertes, cada una en su estilo: Chila Lynn, con un r'n'b que sonó sorprendentemente maduro; la venezolana Georgina, con la suavidad de «Rara»; Guevara, aportando unas saludables dosis de frescura; Vanesa Martín, que apunta a versión femenina de Pablo Alborán; el previsible subidón de Loreen y su eurovisiva «Euphoria»; y finalmente Malú, la más consistente, con unas interpretaciones («Toda», «Ahora tú») plenas de fuerza.

Capítulo aparte merece el almíbar que repartieron Manuel Carrasco –con el detalle de dedicar un tema al fallecido Bebo Valdés–, Alex Ubago –aunque sin el tirón de antaño– y, por encima de todos, Pablo Alborán, desatando la histeria del personal en cuanto atacó «Te he echado de menos», dando paso a una verdadera sobredosis de enamoramiento, incluyendo un mano a mano con el dúo mexicano Jesse & Joy. No vale entretenerse en teorías: es algo que se tiene o no se tiene, y el malagueño va sobrado de química con su público.

Entre tanto, hubo hueco para chascarrillos, el inevitable «Gangnam style» y hasta una pedida de mano sobre el escenario antes de que actuase Miguel Bosé. «Amante bandido» conserva intacto su magnetismo, pero en conjunto su paso por esta noche resultó extraño, buscando su sitio entre el autor de «Tanto» y el pop-rock de corte moderamente gamberro con que Melendi, rematando con «Lágrimas desordenadas», puso punto y final a esta noche en la que se hizo bueno aquello de que en la variedad está el gusto.

«La Noche de Cadena 100» también tuvo su lado solidario, colaborando con la ONG Manos Unidas para reconstruir una escuela de Primaria en Jharkhand, una pequeña localidad en una zona deprimida del norte de la India. El centro contará con ocho aulas, biblioteca, aseos y salas de profesores. La música de Melendi, Miguel Bosé, Macaco, Malú, Pablo Alborán y compañía se traducirá así en una mejor educación para decenas de niños.