Francisco: «Dentro de diez años me dedicaré a la política»
Francisco / Cantante.. Valenciano, suele decir que es políticamente incorrecto, sincero y auténtico. Vuelve para dar voz a los clásicos de siempre.
Valenciano, suele decir que es políticamente incorrecto, sincero y auténtico. Vuelve para dar voz a los clásicos de siempre.
Vuelve con más fuerza que nunca con «Nuestra música». El tenor valenciano homenajea a las grandes voces y temas de la lírica. Comienza el 27 de diciembre en el Palau de las Artes Reina Sofía de Valencia y el 9 de enero en el Teatro Monumental de Madrid. Acompañado de la soprano Alina Sánchez y con una banda sinfónica de 80 músicos, pondrá voz a las partituras de los compositores españoles de siempre.
–Comienza gira con «Nuestra música». ¿Qué música es ésa?
–La tuya, la mía, la de todos. Son nuestras raíces, la música clásica de nuestros compositores líricos españoles y latinos. El legado que nos han dejado maestros como Serrano, Sorozábal... E invito a los jóvenes a escuchar y presenciar un espectáculo en directo donde no hay ni trampa ni cartón.
–¿ Y qué es lo mejor de Francisco?
–El público, vosotros.
–Usted como cuarto tenor, ¿por qué o por quién alzaría la voz?
–Alzaría la voz bien alto, con un do de pecho por la paz en el mundo, no sólo en España.
–Usted es un poco como el Guadiana: aparece y desaparece. ¿Dónde ha estado este tiempo?
–Sólo aparezco cuando tengo un proyecto y me apetece cantar. Siempre estoy ahí, pero en este momento no hay muchos programas musicales, salvo el de María Teresa Campos. No he parado de trabajar, pero si no sales en televisión, parece que no existes.
–Se forjó desde niño en el oficio de albañil, marmolista y aprendiz de escultor. ¿Cuánto tuvo que pulir hasta conseguir la figura de cantante?
–Muchísimo, y sigo puliendo. Aquí no se deja de aprender...
–¿Qué recuerda de aquellos años en los que ejerció de albañil?
–Soy el mayor de seis hermanos. Con 13 años murió mi padre, un 24 de diciembre. Las Navidades para mí dejaron de existir hasta que he sido abuelo hace siete años. Estaba muy ligado a él. Imagínese cómo fue estar estudiando en el colegio y de la noche a la mañana tener que trabajar de albañil, cogiendo tomates, cortando naranjas, y lo que fuese. Había que comer. Estuve en el oficio de carpintero un mes porque no quería perder los dedos y mi madre me echó una bronca...
–Entonces no se atrevía a cantar en público...
–Era muy tímido. Mi padre me descubrió un día mientras yo estaba cantando la canción de Tom Jones «Delilah» con un palito a modo de micrófono y me dijo: «Muy bien chiquillo». Era de Jaén y cantaba muy bien la copla.
–¿Qué le enseñó su madre?
–Me enseñó a luchar y a trabajar en la vida. Con 37 años se quedó viuda con seis hijos. Nos enseñó a unirnos. Cuando fui padre la admiré más.
–¿A quién le debe más de su carrera artística?
–Al público. Todos formáis parte de ello. El artista que se crea que él sólo es el éxito está equivocado; todos forman parte de ese éxito.
–Me voy con uno de sus clásicos: «Latino». «Mitad señor, mitad correcaminos, poeta, forjador de sueños... ¿Con qué se queda?
–Forjador de sueños.
–¿Y su sueño por forjar?
–Me queda aún hacer «El fantasma de la ópera», un disco de mariachi, de tangos, de óperas... Una vez que haya pasado esto, que serán como 10 años, me dedicaré a la política.
–¿De alcalde o presidente?
–No necesito el protagonismo para salir en las fotos y en la tele, ya lo tengo con mi profesión. Dentro de una década, cuando vea que mis condiciones vocales no sean las que yo me exijo, me dedicaré a ayudar a la comunidad que tanto me ha dado y ayudado: la Comunidad valenciana. Para ello no hace falta ser el alcalde o presidente.
–¿Qué le atrae más, ser el cuarto tenor, o la voz lírica de la balada sentimental?
–Me quedaría con ambas porque me gusta lo del cuarto tenor. Dejé la ópera por razones económicas y de responsabilidad. Lo abandoné con mucho dolor de corazón y Montserrat Caballé incluso lloró. A veces es mejor ser cabeza de ratón que cola de león. En ese momento tenía cuatro hijos en edad de estudiar sus carreras y en la ópera, en el lugar que estaba, ganaba poco dinero y tenía responsabilidades y una casa que estaba pagando. En la ópera ganaban los tres tenores, y yo quería ser el cuarto. Poder volver me encanta, es un reto.
–Se preparó en Barcelona... ¿Nunca se ha sentido extranjero allí?
–No, nunca. Fue la década más feliz que he vivido junto a mi esposa y mis hijos. Allí hice mi formación musical con los mejores, con la familia Caballé. Sólo tengo cariño y buenos recuerdos de Cataluña, que seguirá siendo España por mucho que se empeñen algunos señores.
–¿Mantiene aún esa idea de no comprar productos catalanes?
–No, fue una salida de tiesto mía; habló más el corazón que la razón. Claro que los compro.
–¿Alguna vez se ha arrepentido de no haber trabajado más en el mundo de la canción?
–No, porque ni quiero avión privado ni tener grandes mansiones. Tengo una riqueza más grande que es el amor y el tiempo con mis hijos, mis nietos y mis amigos. Quiero también disfrutar de mi familia y de mi perro Fran.
–¿Qué canción le emociona más cantar?
–El himno de Valencia.
–¿Le preocupa su tierra?
–Me preocupa muchísimo que no se hagan las cosas necesarias. Ahora hay unos señores que acaban de llegar y que lo único que hacen es prohibir y prohibir. Tengo 56 años y jamás me han prohibido nada, ni el franquismo. Ni el presidente de Valencia ni su alcalde me van a prohibir cantar el himno de Valencia.
–¿Qué canción le pondría a las elecciones generales?
–Una canción de esperanza, de paz y de sentido común. Que tengamos un gobierno para los ciudadanos no que los ciudadanos trabajemos para el Gobierno. Nos jugamos mucho y recomiendo no votar al coletas; no puede salir un partido salvapatrias de estos porque nos iríamos al carajo. Lo que hemos construido en estos años lo tiraríamos todo por la borda. Exigiría al nuevo gobierno que se ponga las pilas y ataque los problemas reales. Yo tengo unas ideas fantásticas y seguro que colocaría a miles de personas.
–Dos veces ganador de la OTI. ¿Eurovisión necesita llevarle para ganar?
–Eurovisión es tan complicado... A mí me gustaría y les he dicho que hasta que yo no vaya, no ganan (risas).
El lector
«Como vivo en Altea, en las montañas, como Heidi, leo la prensa a través de mi IPad. Leo LA RAZÓN y el resto porque me gusta contrastar la noticia. Me gusta mucho la política o pongo la televisión. Últimamente no escucho mucho las noticias porque estoy inmerso en mi trabajo y mi concierto y no quiero maltratar a mi corazón».