Conciertos

Franz Ferdinand: «No volveremos al pasado»

La banda se refunda con «Always Ascending», un disco para la pista de baile a golpe de sintetizador que presentan en Madrid, el Vida Festival y el Mad Cool.

De izda. a dcha., Bob Hardy, Alex Kapranos, Dino Bardot, Julian Corrie y Paul Thomson
De izda. a dcha., Bob Hardy, Alex Kapranos, Dino Bardot, Julian Corrie y Paul Thomsonlarazon

La banda se refunda con «Always Ascending», un disco para la pista de baile a golpe de sintetizador que presentan en Madrid, el Vida Festival y el Mad Cool.

Marcaron una época que celebró el siglo veintiuno y, tras tres primeros trabajos excelentes, llegaron las dudas. Tras la salida del guitarrista Nick McCarthy, y la incorporación de Dino Bardot y Julian Corrie, Franz Ferdinand se reinventan con «Always Ascending», su nuevo trabajo que presentan en Madrid mañana y en los festivales Vida, O Son Do Camiño y Mad Cool.

–¿Cómo afectaron los cambios en la banda al disco?

–Bob Hardy: Todo partió de conversaciones. Hablar sobre qué música queríamos hacer.

–Alex Kapranos: Después de que Nick dejase la banda, algo que ya sabíamos desde hace tiempo que iba a pasar, teníamos que preguntarnos: «¿Queremos continuar?». Y si así era, ¿cómo? Nos dimos cuenta de que la banda no volvería a ser lo que era en el pasado. Una vez has completado una década y pasa algo así, hay que mirar hacia la segunda.

–B. H.: Llegó el momento de tomar decisiones y se generó un clima de expectativas emocionantes. Como esos juegos de rol en los que tienes que empezar por definir quién es tu personaje, qué habilidades tiene y hacia adónde lo quieres desarrollar. Es como prepararte para una aventura que te conduce al estudio.

–A. K.: ¿A qué juego te refieres?

–B. H.: Un RPG (role play games: juego de rol).

–A. K.: Ah... pensé que te referías a ese tan conocido de los 90, en el que luchabas contra otro...

–B. H.: ¿El «Mortal Kombat»?

–A. H.: Exacto, ese en el que dejas al enemigo en «fatality» y le pegas el golpe de gracia (risas).

–B. H.: (risas) ¿Ves de esa manera formar parte de grupo?

–A. K.: (risas) Bueno, o algo más pacifico como el «Sonic»... esos juegos en los que llegas al final del nivel y tienes que derrotar al monstruo. Vas pasando pantallas con cada disco o con cada proyecto y muchas veces te ves envuelto en pruebas peligrosas en las que puedes fracasar, como lo que hicimos con Sparks, pero que irónicamente te has puesto tú solo.

–B. H.: Estoy de acuerdo. Como bajista, ya sabía que mis compañeros saben que puedo tocar pero ¿podría convencer a los dos nuevos? De acuerdo, he grabado 5 discos antes, pero ¿seré suficientemente bueno para ellos?

–Así que ha sucedido una refundación del grupo.

–B. H.: Sí. Ha sido rápido y extraño, porque en 2016 no sabíamos si volveríamos a publicar un disco. Estuvimos cerca de disolvernos. Pero la necesidad de hacer canciones estaba ahí.

–A. K.: Y ha sido también liberador, porque con la formación original de la banda sí teníamos una idea más o menos prefijada de qué queríamos y ahora no. Y empezamos sin rumbo.

–¿Tienen un nuevo enfoque para las canciones?

–B. H.: El comienzo del proceso es más o menos el mismo de siempre.

–A. K.: Surge de formas muy diferentes y en esta ocasión hemos intentado cosas nuevas. Hay que hacerlo si quieres obtener resultados distintos.

–B. H.: ¿No fue en 2015 cuando te compraste aquel piano...?

–A. K.: Sí, que fue cuando se me quitaron las ganas de tocar la guitarra (risas).

–B. H.: Y eso ha marcado tu producción desde entonces.

–A. K.: En este disco casi todas parten del piano y yo creo que eso se nota aunque luego las guitarras estén presentes. Aparecen después.

–Describen el disco a la vez como futurista y naturalista.

–A. K.: Futurista se refiere a cómo lo grabamos. Tratamos de hacer un álbum de este año, pero no queremos mirar atrás sino hacer un disco con un sonido que en el futuro se entienda. No tenemos miedo a la tecnología.Y naturalista en el sentido de que está tocado por humanos, no hay ni una sola programación. No hay exactitud, sino que todos los sonidos van libres, no están sujetos a una claqueta o una caja de ritmos programada.

–B. H.: Es como si la música dance estuviera montada sobre un esqueleto humano.

–¿Nada de nada?

–A. K.: Los sintetizadores suelen ir vinculados a secuenciadores y nosotros tenemos uno humano, que es Julian Corrie. Y no tenemos programas. Me gustan ambos tipos de música. Yo era muy aficionado al techno con 15 años pero creo que no hay nada como tocar como una banda.

–Háblenme sobre el concepto de ascender.

–A. K.: ¿Quieres la larga larga larga historia o la corta?

–Prefiero la larga.

–A. K.: Ok. Pero primero la corta: representa dónde estamos, el punto de nuestra historia como grupo. Y también que vamos ascendiendo de un nivel al siguiente en manejo de tecnología de sonido y, volviendo a lo que hablábamos antes, vamos pasando cada vez una pantalla del videojuego. Otra idea es que la naturaleza del disco también es la de elevar el ánimo a la gente en la pista de baile. La historia larga es que la canción fue escrita siguiendo una idea teórica que he estado leyendo acerca de los acordes en los que está basada la música y los efectos que producen. Y si es en Re, sientes que estás como flotando. He estado estudiando las progresiones de acordes y adónde te conducen, porque pueden llevarte hacia arriba o hacia abajo, y me recordó a los dibujos de Escher, que hacía unas escaleras que parece que siempre ascienden aunque en realidad vuelven al punto de inicio.

–¿Irán siempre ascendiendo como banda?

–A. K.: Aunque sea una ilusión, lo haremos.