Gamberros, revolucionarios y sentimentales: así son Corizonas
El grupo presenta «Nueva dimensión vital» en Madrid, dentro de una iniciativa de demanda por fans
Javier Vielba y Fernando Pardo no necesitan que se les tire de la lengua. Tres preguntas dan para una larguísima charla en torno al último disco de Corizonas, «Nueva dimensión vital», que condensa toda una filosofía vital y musical destilada durante años de asimilación de conceptos. Los respectivos portavoces de Arizona Baby y Los Coronas unieron fuerzas hace algunos años en este proyecto que se consolida con el segundo disco, el más diverso de sus anteriores trabajos. Lo presentan el 2 de febrero en La Riviera de Madrid dentro de la campaña de «crowdfunding» #juntémonos, que pregunta al público por la banda que más interés tienen en ver.
Este disco contiene una filosofía para sus creadores: «La realidad de nuestros abuelos ha cambiado respecto a la que vivimos ahora. Estamos metidos en la sociedad de la presión, y yo digo que el mensaje debe ser: disfruta tus cosas, de lo que tienen los millonarios que tú no tienes: tiempo. Y hay que quitarse la sensación de presión. Eliminar el qué pasará o si voy a estar a la altura. Eres esclavo de algo que has creado tú. Sin embargo, es importante trabajar en algo creativo, algo que no deje residuo en el cerebro. Si tu tiempo lo gastas en Facebook, en el fondo de tu cerebro, algo te dice que has perdido el tiempo», asegura Pardo, guitarrista en Corizonas. «En “Nueva dimensión vital” hay mensaje de revolución vital, de “¡Quiero ser yo!”: no me vendas el rollo de que tengo que superarme o motivarme. Esa competitividad, como cuando puntúan mi disco dándole una nota sobre diez. No quiero ser el tercer mejor Dylan o el cuarto Hendrix»
Para Vielba, el disco es de «descubrimiento y reseteo, de reflexión, redención, revolución y sanación, hay mucho de eso. Todos los seres humanos pasamos por ahí y lo que contamos es muy universal». Dentro de cada canción del disco se esconde un mensaje de crítica, pero también de esperanza: «Todos los seres humanos estamos hechos para la creación –destaca Pardo–, y es una putada que no todo el mundo la pueda hacer porque no tienen ideología ni forma. Yo en lo que más brillo es en ser un charlatán de bar. Y en cámara no doy tan bien como en un bar, por la luz tenue y la música de fondo. Es que se me dan bien los bares. Para mí cuando cerraba el típico garito en el que he currado toda la vida era el momento perfecto». Gamberros, revolucionarios y sentimentales. Así son Corizonas.
- Dónde: La Riviera. Paseo Bajo de la Virgen del Puerto, s/n.
- Cuándo: jueves, 21:00 horas.
- Cuánto: 15 euros.