Inicio de año en penumbra
Empieza un año de forma que no hace sino marcar aún más la profunda crisis que vive nuestro país y no se trata de la económica, que por supuesto también, sino de algo mucho más profundo cuyas consecuencias aún no somos capaces de vislumbrar en toda su intensidad. La crisis de valores es inmensa en todos los órdenes de nuestras vidas, la musical incluida por supuesto.
Hace apenas menos de un mes que Isabel Pantoja entraba en la cárcel y ya parece que haga una eternidad. Tantas cosas suceden en tan poco tiempo, que nos es imposible asimilarlas. Luego fue Montserrat Caballé la noticia en la prensa, porque pactó un acuerdo con la Justicia y el fisco para evitar la prisión. Hubo de reconocer una evasión fiscal, pagar lo que evadió, una multa del 50 por ciento de esa cantidad y aceptar seis meses de prisión, que nunca llegará a cumplir por edad y salud. Se lee que porque la condena no supera los dos años, pero esto ya no se cumple como sí se cumplía en el pasado y se ha visto en el caso de la tonadillera. Las diferencias de criterios en fiscales y jueces hacen ya imposibles las previsiones. Si recordamos que en esa lista están o estuvieron Joaquín Cortés, Ana Torroja, Alejandro Sanz, Joaquín Sabina, Fernando Alonso y muchos otros nombres con peso social hemos de concluir que algo no funciona. Habrá que pensar si tanta evasión fiscal de famosos, a la que acompaña una economía sumergida como ninguna otra en nuestro entorno, no proviene de una imposición desproporcionada. Y lo peor es que las recetas de supuestos salvadores pasan por incrementarla aún más. Y, mientras tanto, vemos cómo lo que pagamos se va por agujeros de corrupción y gastos inútiles e impropios.
La cultura, el bien más preciado de toda sociedad junto a la educación, necesita fondos para no desaparecer. Los ivas del 21% no ayudan, pero tampoco la paralización de la prometida ley del mecenazgo. Se puede entender que en Hacienda se crea que el momento no es bueno para que elijamos directamente el destino de una parte de nuestros impuestos, pero hay soluciones. Apruébese la ley de una vez, cumpliendo un programa electoral, y supedítese su aplicación a un determinado índice económico como el crecimiento del PIB. Alarma ver cómo, por citar el ejemplo más reciente, la Fundación Guerrero ha de suspender su concurso de canto para poder mantener sus otras actividades y eso a pesar de acabar de recibir el Premio Campoamor a su labor.
Existe en nuestra sociedad un gran desconcierto en todos los órdenes. ¿Acaso usted y yo tenemos claras nuestras vidas? Tal vez sabemos lo que no deseamos, pero ¿y lo que deseamos? Anima en su inmensa tristeza leer los recientes «Escritos de mujeres desde el sitio de Leningrado» con la interpretación de la sinfonía homónima de Shostakovich en 1942 , porque de alguna forma hay que mantener la esperanza en que en algún momento seamos capaces de volver a crear la luz. ¿Quizá en 2015?