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La «bomba» sexual de la BBC sobre Lewis Carroll

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Un documental podría demostrar con una fotografía la rumoreada pero hasta ahora nunca probada atracción del autor de «Alicia en el País de las Maravillas» por las menores de edad.
Es mucho más que un clásico de la literatura infantil. En Reino Unido, es el libro más citado por detrás de la Biblia y de Shakespeare. Walt Disney y Tim Burton le han dedicado películas. Jefferson Airplane le ha escrito una canción. Y ahora el servicio de correos ha publicado una serie de sellos en su honor. Pero, ¿y si se confirmase que el mundo mágico que ha cautivado a niños y adultos con sombrereros locos y puertas secretas fue el producto de las fantasías sexuales de un pedófilo empedernido de la era victoriana?
«Alicia en el País de las Maravillas» cumple su 150 aniversario. Sin embargo, la relación que existió entre su autor, Lewis Carroll, y la niña que inspiró la novela podría haber sido muy distinta a la que los lectores a ambos lados del Atlántico han imaginado durante más de un siglo. O eso es al menos lo que promete revelar la BBC en un polémico documental que no se emite hasta el sábado, pero que ya ha ocupado todos los titulares de la Prensa británica.
Contacto con la inocencia
El enfoque con el que la reputada cadena pública empezó a trabajar en el programa especial fue muy distinto. Se suponía que iba a ser un tributo al conocido diácono anglicano, pero el descubrimiento de la fotografía de una menor en actitud comprometida en un archivo olvidado cambió el rumbo de la investigación. Titulado «El mundo secreto de Lewis Carroll», el reportaje ya se ha bautizado como una auténtica bomba para el mundo de la literatura. Presentado por Martha Kearney, explorará la relación de Carroll con los niños, y en particular los sentimientos hacia la verdadera Alicia. Siempre se supo que Carroll, cuyo verdadero nombre era Charles Dodgson, guardaba una estrecha relación con Alice, Lorina y Edith Liddell, las tres hijas de su vecino, el decano de la Iglesia de Cristo. Y también es de sobra conocida la pasión del autor por la fotografía. A través de este arte, el diácono trataba de combinar los ideales de libertad y belleza con la inocencia edénica, en la que el cuerpo y el contacto humano podían ser disfrutados sin sentimiento de culpa.
Se conservan menos de un tercio de sus obras, pero diferentes biografías ya habían destacado que la mayoría de las fotografías tenían a niñas como protagonistas. La musa que más veces le sirvió de modelo fue Alexandra Kitchin, hija del deán de la catedral de Winchester, la cual en 1880 se negó a posar en traje de baño.
Ya en 2002, tras la publicación del libro de Roger Taylor «Lewis Carroll, Photographer», se especuló con la posibilidad de su pedofilia. Varios académicos salieron en su defensa argumentando que debían ser entendidas las reglas de aquella época, donde las imágenes de niñas desnudas eran vistas como algo totalmente normal, ya que equivalían a un símbolo de inocencia.
Una pose nada apropiada de Lorina
Sin embargo, la BBC asegura que la foto inédita descubierta al final de la investigación obligó a cambiar por completo el enfoque del documental. La propia Kearney la describe como una «imagen que ningún padre habría consentido que se tomara de su hija». La instantánea no es, sin embargo, de Alice, sino de su hermana mayor, Lorina, quien aparece completamente desnuda en una pose frontal nada apropiada para una menor. Encontrada en un museo francés, la foto tiene una inscripción en el marco que la atribuye a Lewis Carroll. Según el reportaje, los análisis de los expertos verifican que fue tomada durante los años en los que el escritor tenía relación con los Liddell. Y, en efecto, la comparación con otras fotografías de Lorina muestra «ciertas similitudes», aunque la verdad acerca de la imagen no se puede demostrar con certeza más de un siglo después de la muerte del autor.
El profesor Hugh Haughton, uno de los colaboradores del programa, asegura que la fotografía –en caso de que efectivamente hubiera sido tomada por Carroll– es una «imagen impactante», reflejo de una relación de «gran intensidad» que ahora sería «bastante extraña». «Sin duda, los que creen que el interés de Carroll en las niñas era totalmente inocente lo van a tener ahora más complicado de demostrar», recalca. Por su parte, el periodista y reconocido escritor Will Self cree que Carroll fue un «pedófilo fuertemente reprimido». «Supone un verdadero problema cuando alguien escribe un gran libro, pero no es una buena persona», añade.
Aún sin emitir, el documental ha causado tal polémica que en Reino Unido ya se ha bautizado a Carroll como el «Jimmy Savile Victoriano», en referencia al presentador estrella de la BBC que abusó de más de 200 personas –la mayoría de ellas menores– durante los años 60 y 70. El «showman» murió en 2012 y su lado más oscuro salió a la luz cuando la cadena pública le preparaba un homenaje, conmocionando a todo el país.
Vanessa Tait, la bisnieta de Alice Liddell y portavoz de la familia, asegura que creció conociendo los elementos «extraños» de la relación de Carroll con sus antepasados, pero que no ha sido consciente hasta ahora de la instantánea que protagoniza el documental. «Mi opinión es que él estaba enamorado de Alice, pero se encontraba tan reprimido que nunca habría transgredido las reglas», explica. «Creo que era un hombre extraño y las personas que dicen lo contrario se equivocan», añade.
Si se demuestra que la fotografía es real, Tait considera que puede ser la prueba para explicar la ruptura de la amistad que, de un día para otro, tuvo lugar entre el escritor y los Liddell. Aunque advirtió, eso sí, de que la edad de consentimiento en la época victoria era de 12 años, por lo que la imagen podría haber sido valorada de forma muy distinta en aquel entonces. Con todo, matiza que era un hombre «raro, pero admirable» y que no quiere que se ensombrezca su imagen con «acusaciones de pedofilia que tanto nos obsesionan ahora a todos».