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La canción de Juan Perro, una aventura geográfica

El mítico disco de la banda aparece reeditado 25 años después en una completísima edición que le devuelve a su papel: un hito de la música en España
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El mítico disco de la banda aparece reeditado 25 años después en una completísima edición que le devuelve a su papel: un hito de la música en España
Los hermanos Auserón se plantearon un reto imposible para la España de 1987: hacer de Radio Futura un grupo internacional. Conseguir un rock de textura hispánica, o como ha explicado Santiago, "convertir a Radio Futura en un grupo que pudiera ofrecer algún color de nuestra tradición, no limitarnos a mimetizar la nueva ola internacional". Semejante empresa la iban a acometer con "La canción de Juan Perro", que, si bien no consiguió su objetivo, quizás por tratar de ser ambicioso, ha conseguido ser uno de los mejores discos del pop español, y que 25 años después aparece celebrado de nuevo con un triple disco que incluye versión original, maquetas y su directo, junto a un libreto generoso.
En plena era del New Wave, la banda evitaba la moda internacional una vez que ya había logrado esquivar la local: permanecían ajenos a la movida madrileña y tenían el respeto de la crítica y el favor del público. "A la crítica la irritábamos un poco, supongo que porque éramos demasiado ambiciosos e inquietantes. Teníamos un discurso", dice Auserón en una entrevista difundida como material promocional. Y la clave del discurso era la semilla de los ritmos negros, la música que estaba en la formación de los hermanos Auserón, la raíz de la que el rock & roll llegó convertida en reinterpretación blanca, y un asunto que ha ocupado al propio Santiago Auserón hasta hace bien poco, ya que era el tema central de su ensayo "El ritmo perdido"(Península). "Me ha costado décadas entender cómo está construida una canción de Duke Ellington o de Louis Armstrong, pero las llevo metidas en las neuronas desde crío. En Radio Futura intentamos hacer compatible esa herencia con el metal madrileño. Enrique era sonido Moratalaz, muy caracterizado, fue Enrique el que nos permitió acceder al sonido eléctrico de Madrid. La tradición del rock madrileño es más bien blanca, pálida a veces, pero todo el rock and roll está en contacto con el pulso de la negritud de una manera consciente o inconsciente", asegura Auserón endicha entrevista.
Ahí llegaban los retos del disco: mezclar el rock, los ritmos hispanos y el español, sonoridades cálidas en tiempos de punk o de glam, a los que Auserón alude como blancos, fríos. La solución fueron esos aires caribeños, a veces cercanos al son cubano, a veces al reggae jamaicano... con un guitarrista de Moratalaz, un popular bario obrero de Madrid. Así que era el momento de hacer el siguiente salto mortal geográfico: ¿un grupo español grabando en Nueva York? Así era, toda una proeza (en la que el grupo gastó una fortuna) y en la que colaboró decisivamente Joe Dworniak, productor del álbum. El disco llegó en un momento complicado para el grupo, sacudido por las recaídas del estado de salud de Enrique Sierra, la presión mediática y el mal momento de la industria. Y a eso hay que añadir el enorme coste de grabar en Nueva York con arreglista y los Uptown Horns como acompañantes. Abrió incertidumbres dentro del grupo aunque luego se vendió como un éxito.
Las canciones alternan los juguetones aires latinos de "En un baile de perros", con piano y conjunto de vientos, el pop estiloso característico del grupo en "El hombre de papel"o "A cara o cruz", que incluye algunos de los mejores versos del álbum: "la cosa pierde color, / cuando la piensas dos veces, / y más dispuesto pareces / a pensar en lo peor". Son canciones que van transformando su sonoridad, cobrando nueva vida en sus estrofas, pasando del pop ochentero al reggae o el son, progresando hacia otro lugar para retornar transformadas. Y por supuesto, temas inolvidables como "Annabel Lee", adaptación de un poema de Edgar Allan Poe, maravillas como "37 grados", y el paseo por las Ramblas de Barcelona con "La negra flor", para seguir abriendo nuevos paisajes en el mapa infinito de Radio Futura. Fue una etapa más de un grupo que estuvo siempre buscando un sonido. Investigando, explorando, en una actitud que les alejaba de los fogonazos de los grupos de la movida. Persiguiendo la respuesta a un enigma: ¿cuál es el camino futuro de la música popular española?

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