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La música de Georges Brassens se vuelve cabaré en clave de jazz

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Temas del icono de la canción francesa cobran nueva vida en un espectáculo de la Comédie Française que los versiona con un toque de humor y en clave de jazz
Temas míticos y otros menos conocidos de George Brassens, icono de la canción francesa, cobran nueva vida en un espectáculo de la Comédie Française que los versiona con un toque de humor y en clave de jazz, uno de los estilos preferidos del artista.
La guitarra clásica con la que el músico acompañaba sus irónicas letras deja paso a nuevos arreglos musicales que permiten "redescubrir la riqueza de sus melodías", cuenta a Efe Thierry Hancise, director artístico del espectáculo "Cabaret Georges Brassens", que se podrá disfrutar hasta el próximo 15 de junio.
"Quienes dicen que mis melodías son siempre las mismas son idiotas", reivindicaba Brassens (1921-1981) ante las críticas por una música supuestamente monótona, algo que, para Hancise, se descubre claramente como falso al "revisitarlo con otro estilo".
Y aunque el jazz es la nota dominante, los seis actores y cantantes de la compañía del propio teatro, junto con tres músicos, incluyen guiños a la salsa, el tango y el flamenco para homenajear a un cantautor enamorado de las músicas populares.
El sobrio escenario recrea la camaradería de un cabaré como los que frecuentaba el irreverente Brassens, poco amigo de las reglas sociales y que aprovechaba sus estrofas para criticar los convencionalismos con un inteligente sentido del humor, sutil y sugerente.
"Leyendo sus escritos vi que era como un niño salvaje que escribía poesía", explica Hancise, que ya se había encargado de otros espectáculos musicales, como "El barbero de Sevilla"de Beaumarchais y "Les Précieuses ridicules"de Molière, y que confiesa que antes de aceptar este encargo conocía poco a Brassens.
Al seleccionar la veintena de canciones que integran el repertorio para este espectáculo tuvo claro que tenía que incluir algunas de las más conocidas, como "Les amoureux des bancs publics"o "Le Gorille", aunque también se adaptó al registro de sus actores al buscar los temas que mejor les encajaban.
Sylvia Bergé, Éric Génovèse, Julie Sicard, Serge Bagdassarian, Hervé Pierre y Jérémy Lopez comparten protagonismo en una representación muy coral, que incluye canciones a varias voces, acompañados por el guitarrista Paul Abirached, el contrabajista Oliver Moret y el pianista, acordeonista y autor de los arreglos musicales, Benoît Urbain.
Con un lenguaje cuidado, Brassens fue un poeta de la cotidianeidad -le gustaba definirse como un "trovador"- que contaba historias a través de sus canciones, en las que intentaba "traducir la vida interior de un ser", según explicaba él mismo.
Estas historias reviven ahora en un cabaré cuyo objetivo principal, según su director artístico, es "hacer disfrutar a los espectadores, sin tomarse demasiado en serio", siguiendo la filosofía de Brassens, que amaba actuar en público.
"Lo que más me gusta de él es su honestidad, su humildad. No era pretencioso, sino que actuaba para hacer feliz a los demás", relata Hancise, quien ha querido transmitir este mismo modo de concebir el arte en su espectáculo.
Una de las mejores críticas, explica, vino de la mano de un sobrino de Brassens, Serge Cazzani, quien tras ver la representación dijo que a su tío le hubiera gustado porque refleja el ambiente en el que se movía.
El cabaré revela de un modo sorprendente otros registros de la música de uno de los cantautores franceses más universales, pero tratando de mantener su esencia, que dejó huella en forma de versos incorformistas, reflejo de la personalidad de quien se definía como un inadaptado que vagaba por un "universo inventado, con personajes imaginados".