Los otros teatros de ópera
Los grandes teatros, el Real, el Liceo, etc. copan siempre nuestra atención, pero en el mundo hay otros que en ocasiones dan la sorpresa. Me voy a referir hoy a dos, por motivos distintos, si bien comparten esa misma problemática tan de nuestros días como es la falta de financiación.
Quien visita Zagreb se queda admirado por el edificio central de la enorme plaza aún dedicada a Tito. Se trata de un enorme y precioso teatro de ópera neobarroco inaugurado por el emperador austro-húngaro Francisco José I en 1895. Sus artífices fueron los arquitectos Ferdinand Fellner y Herman Helmer, responsables de varios teatros en Viena. En su frente se encuentra el grupo conocido como «El pozo de la vida», obra del escultor Ivan Mestrovic. Todo un sistema de túneles le conecta con los edificios que, como la Academia de Arte Dramático, rodean la monumental plaza. Pasaron por él Liszt, Lehár, Strauss, el director croata Lovro von Matacic empezó allí su carrera y también la gran soprano Zinka Milanov, que nacida en la ciudad fue miembro de la compañía antes de convertirse en la gran estrella del Met neoyorquino. Algunos aficionados veteranos recordarán estos días, en que se programa una «Norma», las célebres representaciones en la década de los ochenta con la soprano Ljiljana Molnar Talajic y la mezzo Dunja Vejzovic, artistas locales que alcanzaron fama internacional, como la misma Ruza Baldani, mezzo que frecuentó el Liceo y que empezó su carrera en el teatro de Zagreb, donde hoy reside en una preciosa villa. Tampoco hay que olvidar a Sena Jurinac, soprano habitual de Karajan. El también croata Vjekoslav Sutej, fundador de la Orquesta Sinfónica de Sevilla, fue uno de los directores habituales durante la guerra patriótica. Hoy la figura nacional prominente es Lana Kos, soprano que empieza a despuntar en Centroeuropa en papeles como «Traviata» o «Luisa Miller» y que debutó en este teatro como la Reina de la noche de «Flauta Mágica» con tan sólo 17 años. Su actual pareja, Giancarlo del Monaco, que hizo allí regias para «Cavalleria» y «Pagliacci» y ahora medio vive también en la ciudad, donde por cierto cantó su padre «Carmen» y «Pagliacci» ante el presidente Tito, posiblemente lo mire con algo más que admiración y se pregunte cómo es posible que fuese construido en tan sólo cuatro meses por algo más de doscientos trabajadores y que hoy afronte una tremenda crisis económica que llevará el despido de ochenta empleados. Praga, Budapest y Zagreb eran la periferia lírica del imperio austrohúngaro. Hoy Europa está en plena decadencia.
Estados Unidos sigue dando ejemplo. La joven Ópera de San Diego acaba de dar una lección al mundo al ser rescatada por los propios aficionados vía crowfunding. Para ella el próximo «En solfa».