M-Clan: motor americano, alma mediterránea
El grupo ha grabado «Delta», un trabajo de inspiración y factura estadounidenses que supone su vuelta al formato acústico
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El grupo ha grabado «Delta», un trabajo de inspiración y factura estadounidenses que supone su vuelta al formato acústico
El disco se llama «Delta», con esa reminiscencia al viejo blues del Mississipi, y se ha grabado en Nashville (Tenesse, EE UU) pero en realidad está hecho al 90 por ciento en Murcia. Hablamos del nuevo trabajo de M-Clan, un álbum acústico con sabor americano pero con materia prima del Mediterráneo. Con este símil lo explica Ricardo Ruipérez: «Nosotros fuimos a Nashville con el trabajo bien hecho. Las canciones maquetadas y pensadas, bastante terminadas. La estructura, la letra y el concepto. Allí se terminó la instrumentación, claro, y algunas cosas. Pero esto es como que tú tienes un motor y un chasis para un coche. Pero no es lo mismo que lo pintes de verde que de negro o de rojo», explica sobre el trabajo que presentarán en el Barclaycard Center de Madrid el 28 de diciembre. Antes, el día 4 de noviembre, comparten noche con Sidecars en el ciclo Cómplices de Mahou.
- Casas con porche
«Se abre una nueva etapa para el grupo con este disco. Es un ‘‘reseteo’’ y un impulso que queríamos tomar hace ya unos años. Pero nos ha vuelto a ilusionar hacerlo de esta manera particular y que tenga el espíritu diferrente. Es un disco adulto, poderoso y melancólico. Pero ante todo somos críos pequeños en cuerpos de padres y estas cosas son las que nos ilusionan», añade Carlos Tarque. «Delta» está grabado en el estudio de Brad Jones, con músicos e instrumentos locales. Esa tonalidad, eco, brillo y contraste que sólo puedes encontrar allí aunque no sepas explicar cómo se ha conseguido. Un estudio donde debería haber un cartel de esos que dicen «no intenten hacerlo en casa».
El disco arranca con una declaración de intenciones, «Grupos americanos» es un corte de amor por la música estadounidense que sirve de introducción en el discurso del trabajo y deja por escrito que no se trata de un mero ejercicio de estilo. «¿Se nota, no? Teníamos claro que ese tema debía abrir el disco. Lo demás nos daba igual», afirma Ruipérez. Después hay medios tiempos que tiran del country el folk o el rock. «Mira, es que allí vas al Wal-Mart, que es como entrar en el Carrefour aquí, y el hilo musical son los Allman Brothers, Lynyrd Skynyrd y Neil Young. Vas a cenar a cualquier lado y hay música en directo tocada con muchísima calidad y ves a los señores mayores cenando al lado de los altavoces. Es una experiencia increíble para los músicos porque ellos están muy orgullosos de su tradición y de su casa con porche y de ese aspecto del ultraprofundo sur. Creo que es comparable a ir a Jerez de la Frontera, donde ves a un crío de siete años viviendo la música y con un talento innato que te deja desarmado», apunta Tarque. Los mitos americanos están en «California», por ejemplo. Un tema que habla de eso de no alcanzar nunca «el lugar de tus anhelos», explica Tarque. «Sí, es como la canción de Loquillo, ¿no? Yo quiero ir a L.A. y todo eso...», bromea Ruipérez. «Pero no se lo digas porque vendrá, nos señalará con el dedo, y nos dirá... (imposta la voz) ‘‘Me habéis plagiado’’(risas). Bueno, que el tema no es suyo, que es de Sabino Méndez...». La apariencia del disco es tan americano que cuesta creer que el motor, como ellos dicen, se construyera en Murcia. «Fíjate, la foto de la portada somos nosotros en la playa a la que íbamos de vacaciones hace muchos años a tocar la guitarra, cuando Ricardo tenía el pelo largo –dice Tarque–. Pero en las letras se habla de lugares de España, del Mediterráneo». Pues parece que las letras se hubieran escrito en un Cadillac, como diría Loquillo. «Es que hay una misma sintonía entre nuestro paisaje y nuestro modo de vida con esas canciones, por muy americanas que parezcan».
Paisajes de Nashville
Hoy, Nashville padece el turismo como cualquier lugar del mundo. «Pero te tratan de maravilla. Es una ciudad global. Taxistas hindúes y gente súper amable. No son tan cerrados, te preguntan por España y eso. Pero no dejan de ser ‘‘red necks’’ (paletos). Un día que nos fuimos a comprar unas camisas paramos a comer en un sitio cutre. Y ponen ‘‘Welcome to the Jungle’’ y empiezo a cantar: “You know where you are...” y un paisano salta: “You are in east Nashville, son!” Y yo: ‘‘Vale, pero ¡no me llames hijo!’’», cuenta Tarque.
- Dónde: Teatro Barceló. Calle Barceló, 11. Madrid
- Cuándo: 8 de noviembre, 21:00 horas.
- Cuánto: entradas agotadas.