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Marriner anima el «Requiem» de Mozart

La Razón

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Festival de Semana Santa

«Requiem», de Mozart. Intérpretes: A. Toledano, M.J. Suárez, LL. Villarejo, E. Martínez-Castignani. Orquesta de Cadaqués y Coro de la Jorcam. Dtor.: N. Marriner. «Siete últimas palabras», de Haydn/Peris. Intérpretes: Cuarteto Bretón y S. Kelling, mezzosoprano. Auditorio de San Lorenzo del Escorial.
El Festival de Semana Santa de San Lorenzo del Escorial ha tenido una edición breve con un par de conciertos de interés. El «Requiem» de Mozart logró colocar el cartel de «entradas agotadas». Era lógico con el reclamo de una obra cumbre de la música y cuando el plantel de intérpretes reunía atractivo. Concierto breve –esa única obra– que aún lo fue más por la animada lectura de un Sir Neville Marriner cuyos 89 años no le llevan por el camino de las lentitudes metafísicas sino todo lo contrario. Contó con un cuarteto solista –Auxiliadora Toledano, M. José Suárez, Lluis Villarejo y Enric Martínez-Castignani– en el que las voces masculinas brillaron más que las femeninas. La Orquesta de Cadaqués y el Coro JORCAM pusieron calidad y entrega, si bien con cierto desconcierto en los inicios y con el último conjunto mostrando transitoriamente los problemas habituales en los coros jóvenes: las voces femeninas algo destempladas y las graves con menor peso sonoro. Pocos saben que Haydn en 1786 compuso su obra instrumental «Las siete últimas palabras» obedeciendo a un encargo del canónigo de Cádiz don José Saenz de Santamaría para la Hermandad de la Santa Cueva. El propio compositor escribiría: «Hace quince años que el canónigo de Cádiz me pidió hacer música instrumental para las siete palabras de Cristo en la Cruz (...) Después de la introducción, subió el obispo al púlpito, pronunció una de las siete palabras y habiendo terminado bajó y se arrodilló ante el altar. Esta pausa fue completada por la música y así una y otra vez hasta la conclusión...».

Barítono por mezzo

El tema había sido ya tratado por Heinrich Schütz y lo sería más tarde por Mercadante, Gounod, Cesar Frank, etc. El mismo Haydn lo adaptó para cuarteto de cuerda (1787), para coro (1795) e incluso autorizó una versión para piano. José Peris Lacasa escribió una nueva versión para mezzosoprano y cuarteto de cuerda, que funciona bastante bien, sobre todo cuando se interpreta con la calidad de la que hicieron gala Susanne Kelling y el Cuarteto Bretón. Quizá la partitura sería más interesante en voz de barítono, pero esto es otro cantar. Fueron dos conciertos muy diferentes, concentrado este segundo y muy extrovertido el primero, muy bien recibidos por el público.

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