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Reeditan en vinilo los discos que hicieron «el trabajo duro» de la Transición

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Asfalto, Leño, Barón Rojo, Topo, Obús... Antes de La Movida fue un sello de rock el que hizo "el trabajo duro"y puso "banda sonora"a las ansias de libertad de finales de los 70, Chapa Discos, cuyos míticos discos se recuperan 40 años después, remasterizados y en vinilo al grito de "¡Viva el rollo!". "No había hueco para toda esa gente en el 75. Franco aún vivía, pero ya se protestaba en la calle. Se habían producido las muertes de los anarquistas, había convulsión, culturalmente coincidieron 'Amarcord', 'La naranja mecánica', los viajes a Londres...", ha recordado hoy a Efe el periodista y productor Vicente Mariscal Romero, su fundador.
Pese al apellido de alto cargo de milicia, el mítico y veterano locutor sigue siendo, como entonces, más proclive a salirse de la formación y a defender un discurso ajeno al oficial, como delata la "k"que le pone a Mariskal desde sus tiempos en las ondas, donde se gestó el citado "¡Viva el rollo!", "porque no se podía decir '¡Viva la libertad!'", explica.
Esa expresión se utilizó después como título para el álbum publicado en 1975 que incluyó las primeras canciones de Burning, entre otros, y que constituye el precedente más claro de Chapa Discos, que nació, irónicamente, con el amparo de Zafiro, "un sello del Opus", destaca.
"Chapa Discos fue la banda sonora del cambio de la dictadura a la democracia", resalta Mariscal Romero, que recrimina que ellos "hicieron el trabajo duro con el PSOE, yendo a los mítines por el morro", frente a los grupos de La Movida, que en su opinión capitalizaron luego los aires de modernidad y libertad.
Resalta de aquellos discos que reunían ante todo buena música y "buenas letras", guiadas por "la máxima de la resistencia al atropello, al poder, al prejuicio a lo racial, a lo social y a lo sexual".
En febrero de 1978 llegaron los primeros singles, los de Asfalto y Bloque, "los más progresivos, con músicos de conservatorio que sabían tocar", dice este amante de Cream y The Rolling Stones, que recuerda cómo le echaron de un estudio por pinchar a Frank Zappa y "esa música de vikingos".
"La explosión y la mayor satisfacción llegó con Barón Rojo", destaca sobre esta banda que, de su mano, llegó a tocar en el festival británico de Reding y en el Marquee, el célebre e imprescindible local londinense del que surgieron leyendas de la música como The Who o Pink Floyd.
Otro logro a destacar, añade, fue "abrir las puertas de América al rock en el idioma de Cervantes con Obús", en 1984.
Entre el amplio espectro de sensibilidades roqueras que brotaron del sello, destaca también la importancia de Leño, para Mariscal Romero "los indudables inventores del rock urbano", surgido de las cenizas de otro grupo mítico de Chapa Discos, Ñu, disuelto por una polémica nunca dilucidada del todo entre Rosendo Mercado y José Carlos Molina.
"La personalidad de Molina, el cantante y genio de los Ñu, persiste hasta ahora. No está entre los discos reeditados porque él no ha querido estar. Rosendo no es un buen guitarrista ni un buen cantante ni un buen letrista y está donde está. En comparación, Molina puede estar entre los cinco mejores músicos que ha dado este país y está comiendo mierda", destaca.
Teddy Bautista, caído en desgracia por una triple imputación a cuentas de su presidencia al frente de la SGAE, ilustra a su juicio la pérdida de esos principios de "resistencia", pero considera no obstante que el rock no está reñido con el capital.
"Me encanta Bruce Springsteen o Patti Smith porque mantienen su ideología, la dignidad y el espíritu del rock", confronta Mariskal Romero, que opina que "el rock no pueda estar subvencionado"si no quiere perder su naturaleza.