Rosario Flores: «Mi soledad dura 20 minutos porque necesito a mi gente»
Estrena «Gloria a ti», un álbum en el que compone por primera vez a su madre y en el que interpreta un tema inédito de Antonio Flores.
Estrena «Gloria a ti», un álbum en el que compone por primera vez a su madre y en el que interpreta un tema inédito de Antonio Flores.
El 4 de noviembre de 1963 Lola Flores daba a luz a la pequeña de sus tres hijos, Rosario González Flores. A «La Faraona» se le caía la baba cada vez que hablaba de su Rosarillo, como comenzó a ser conocida en el mundo del espectáculo, donde a los 12 años ya demostraba ser puro fuego y casta de artista. De «El Pescaílla», su padre, heredó el «nervio» rumbero, y de su progenitora, el temperamento, el baile y la melena. Hoy, con 53 años recién cumplidos y nombrada «monstrua» oficial de los escenarios, Rosario Flores rescata del armario la bata de cola de su madre –o «mamasota», como ella la ha rebautizado– y la «reencarna» en un nuevo álbum donde la madurez de una artista tras 25 años de carrera se fusiona con un misticismo flamenco que certifica que el apellido Flores está más vivo que nunca. No fueron pocos los que el día de presentación de este nuevo disco, en un Corral de la Morería a rebosar –tablao madrileño que su madre tantas veces pisó–, gritaron: «¡Gloria a ti, Rosario!». Muestra de que el arte no murió el día en que falleció Lola Flores.
–La semana pasada fue su cumpleaños. ¿Cómo llega Rosario Flores a los 53?
–Muy feliz. Ha sido el mejor cumpleaños de mi vida porque, además, coincidió con el lanzamiento de mi nuevo disco. Fue un día muy especial que no olvidaré.
–¿Los años pesan o le quitan a uno un peso de encima?
–Cumplir años es maravilloso porque es la única manera que tienes de vivir y disfrutar. Yo me siento muy joven todavía. Tengo mucha vitalidad y energía. Además, ahora disfruto de cosas que de joven no disfrutaba tanto. Soy más madura y serena.
–¿El regalo de cumpleaños que Rosario desea y que aún no le han hecho?
–La verdad es que no puedo pedir más a la vida. Me lo ha dado todo. Hago lo que me gusta, tengo salud y cuento con mis hijos y amigos. También les pido a mis ángeles del cielo que me lleven por buen camino.
–En su nuevo álbum, «Gloria a ti», vuelve a homenajear a su madre.
–Me he inspirado en ella, en su bata de cola, porque quería ser auténtica en el que es mi disco más puro. La bata simboliza mis raíces, de donde vengo y lo que soy. La canción que le dedico es «Ay, mamasota», la primera que escribo a mi madre. La compuse a raíz de que un fan colombiano me tuiteara: «¡Ay, mamasota, me altera y me vuelve loco!», palabras que yo inmediatamente identifiqué con mi madre. «Gloria a ti» es mi alma entera, mi trabajo más espiritual, un soplo de serenidad en esta vida tan frenética que vivimos y que no nos deja tiempo para observar nuestro interior.
–Hoy Lola Flores tendría 93 años. ¿Como sería si viviera?
–Estaría muy orgullosa de verme aquí. Ella me alentaba, me decía que era muy buena artista y me daba mucha fuerza.
–Usted y sus hermanos, todos artistas. ¿Cómo se tomaría que sus hijos también lo fuesen?
–Me encantaría porque serlo es precioso. Todavía son muy jóvenes, aunque tienen tablas.
–De no haber sido cantante, ¿a qué se habría dedicado?
–Al trabajo humanitario. A ayudar y hacer cosas por los demás.
–¿El apellido Flores le ha dado más alegrías o tristezas?
–Están en una balanza. Perdí a mis padres y a mi hermano muy pronto y eso nunca lo olvidas. Ahora me siento dichosa, pero no como antes. Las cosas ya nunca serán iguales.
–En «Gloria a ti» también interpreta un tema inédito con su hermano, Antonio.
–Sí. Es una canción que llevaba mucho tiempo bajo llave. La compuso él antes de fallecer, pero no le dio tiempo a editarla. Estaba en un casete, del que hemos sacado su voz para grabar un dúo conmigo. Para mí ha sido un «shock» volver a cantar con Antonio porque hacía tiempo que no me escuchaba con él. Ha sido chocante, pero a la vez maravilloso. La gente tiene que conocer la música de mi hermano porque sus mensajes son únicos.
–Él cumple años diez días después que usted. ¿Qué le diría si lo tuviera ahora enfrente?
–Hablo con él todos los días. Le cuento mis cosas y le pido canciones. ¡Debe estar harto de mí ya! (risas).
–12 discos a sus espaldas y su «gato» aún sigue diciendo mucho «ay» a la gente. ¿Por qué?
–Cuando das algo verdadero la gente lo recibe muy agradecida. Al público no se le engaña fácilmente. Las canciones que haces con el corazón permanecen, no se pasan de moda.
–Y si ese gato, 25 años después, levantara hoy la cabeza, ¿qué diría de España?
–«¡Uy, uy, uy!» (risas). Arañaría y gritaría con mucha fuerza.
–Si hubiera que elegir entre «no es no» y «no puede ser sí», ¿Rosario se queda con?
–¡Si me queréis, «irse»! Siempre (risas).
–Hace poco estuvo en Florida Park, sala mítica madrileña donde su madre perdió el famoso pendiente en mitad de la actuación. ¿Se supo algo de él?
–Sí, se encontró.
–Fue cuando ella interpretó el tema «Partido de la mitad», donde pedía un gobierno formado por artistas y no por políticos.
–Mi madre era apolítica. Decía que los artistas siempre hemos de ser del pueblo y no decantarnos por nadie porque debemos ser de todo el mundo.
–En la versión que luego hizo su hermana proponía a usted como diputada. ¿Se ve ejerciendo la política?
–La única política que hago es la de amor.
–También proponía a Almodóvar para la gobernación. Con él fue con quien usted rodó su última película, «Hable con ella» (2002). ¿Volverá al cine de su mano?
–Por supuesto, pero me lo tiene que proponer. Somos amigos y trabajar con él fue muy fácil.
–El personaje que interpretó en esa película decía frases tan significativas como «tengo que aprender a estar sola». ¿Rosario lo ha hecho o era ya una persona solitaria?
–Mi soledad dura 20 minutos. Luego necesito abrir la puerta y encontrarme con mi gente.
–Dicen que por el público, todo. ¿Hasta besarse con un ex en el escenario?
–Por supuesto. Un beso no es nada. Yo no tendría ningún problema.
–¿La «cobra» devora al artista?
–Si me hablas de Bisbal y Chenoa, no creo que una «cobra» repercuta en sus carreras.
–¿Y ha hecho Rosario muchas en su vida?
–No. Yo doy los besos.
–¿Un deseo de cumpleaños?
–Gloria a ti y gloria a la vida.