The Rolling Stones, pieza de museo
Sus Satánicas Majestades ocuparán los 21.000 metros cuadrados de la galería Saatchi de Londres en la que ya se ha bautizado como «la exposición de exposiciones».
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Sus Satánicas Majestades ocuparán los 21.000 metros cuadrados de la galería Saatchi de Londres en la que ya se ha bautizado como «la exposición de exposiciones».
Se podría pensar que las estrellas de rock ya ganan suficiente veneración (y dinero, por qué no decirlo) con su música. Pero no. Ahora también se han convertido en piezas de museo. Tras Elvis y David Bowie les llega el turno a los Rolling Stones. Sus Satánicas Majestades inauguran mañana en la Galería Saatchi de Londres «Exhibitionism» (Exhibicionismo), bautizada ya como la «exposición de las exposiciones». Más de 500 objetos procedentes de los archivos personales de la banda, incluyendo algunos trajes, instrumentos, correspondencia personal y clips de vídeos que jamás han visto la luz, ocuparán los 21.000 metros cuadrados de la galería, donde se anuncia, más que una muestra, un «show» que ofrece «la inmersión más completa y profunda sobre la banda de rock & roll más exitosa de todos los tiempos».
El término «show» es de lo más apropiado teniendo en cuenta que la locura que ha despertado la muestra nada tiene que envidiar a los monstruosos «tours» de Jagger y compañía. Las entradas –la más barata cuesta 19 libras (23,70 euros)– se empezaron a poner a la venta en julio del año pasado y debido a la gran demanda se han tenido que adjudicar ahora hasta horarios. Las radios las regalan como premio a sus oyentes y las oficinas de venta de espectáculos del West End, donde también se distribuyen, se han visto desbordadas por la demanda, inusual para cualquier muestra de arte contemporáneo.
El espectáculo se ha diseñado como un «recorrido interactivo» donde se analizan los 52 años de una carrera musical que, a día de hoy, continúa muy activa, lo que están demostrando de gira en América Latina, y con plena capacidad de generar noticias, como hace apenas unos días confirmaron en La Habana. «Esto no ha terminado. Esto es una especie de retrospectiva, pero aquí seguimos», explicó Sir Mick Jagger ante el miedo de aquellos que temieron, por un instante, que la exposición, o cualquier otra de sus demostraciones públicas, supongan por lo más remoto un adiós. Recordando que el cantante ya ha cumplido los 72 años, todo podría pasar. Pero, de momento, y así llevamos ya unos cuantos años, nadie se baja del escenario. Los miembros de la banda han pasado tres años diseñando la exposición, que cuenta con el trabajo de otras grandes leyendas de distintas disciplinas artísticas, como Andy Warhol, Alexander McQueen, Tom Stoppard o Martin Scorsese. «Hemos estado pensando en ello durante bastante tiempo, pero queríamos que fuera algo a lo grande e igual de planificado que nuestros conciertos. Ahora es un buen momento para hacerlo», asegura el eterno vocalista de la banda.
Como cualquier otro tour, la exposición estará en Londres hasta el 4 de septiembre, pero durante los próximos cuatro años viajará por once ciudades de todo el mundo –Nueva York, Los Ángeles y Tokio figuran entre ellas–, aunque en principio no tendrá parada en España. Keith Richards explicó que, si bien la línea argumental del montaje se centra en los Rolling Stones, el «show» «no va a ser necesariamente sólo de los miembros de la banda». «Incluirá también toda la parafernalia y la tecnología asociada a un grupo como el nuestro, así como los instrumentos que han pasado por nuestras manos durante todos estos años, lo que convierte el espectáculo en algo realmente interesante».
No todos los integrantes han aportado al contenido de la exposición como los demás. Por ejemplo, confesaba Charlie Watts, «en mi caso, tengo más objetos de Louis Armstrong que de los Rolling Stones». Por su parte, Jagger ha adelantado que también se incluirán «cosas realmente estúpidas. Y cuando digo estúpidas, realmente quiero decir estúpidas», recalcaba. Se ha cuidado todo al detalle. Y, en este sentido, el hecho de que comience en Saatchi tiene también gran significado. La galería, situada en el exclusivo barrio de Chelsea, se encuentra muy cerca de Edith Grove, la calle donde estaba el piso que compartieron Brian Jones, Jagger y Richards antes de convertirse en mitos. Se trasladaron allí a finales del verano de 1962. Estuvieron un año y durante un tiempo también compartieron techo con James Phelge, que más tarde se convertiría en fotógrafo de éxito.
Fue en este apartamento donde Jones enseñó a Jagger a tocar la armónica mientras Brian y Richards pasaban las horas con la guitarra. El piso nada tenía que ver con el lujo y excesos que luego han acompañado a los músicos. Como buen apartamento londinense, había humedades, paredes empapeladas con motivos florales y moqueta en dudoso estado higiénico. Doris, la madre de Richards, visitaba semanalmente a los chicos para poner algo de orden y llevarse montones de ropa para lavar. Una de las secciones más divertidas de la exposición incluye una reproducción de la vivienda. «Me muero por verla», explica el guitarrista. «Aunque lo que realmente le imprimía carácter era el olor... Allí nos concentrábamos todas las noches, pero de vez en cuando salíamos a un concierto... wow, sí, desde luego que ha pasado el tiempo», añadía Richards.
Para la inauguración del evento, los Stones tenían la intención de ofrecer un mini concierto con cuatro o cinco canciones en la explanada que se encuentra frente de la galería. Sin embargo, la asociación de vecinos de Chelsea se lo ha prohibido. «Muy generoso por su parte», ironizaba Richards. No obstante, los músicos sí han confirmado su asistencia a la alfombra roja de inauguración, con todo lo que eso implica.
La exposición comienza llevando al visitante a ver una película donde se podrán contemplar los momentos claves de la carrera musical de la banda. Asimismo, cada sala estará ambientada de manera distinta para mostrar su evolución. «Es difícil de creer que han pasado más de 50 años desde que empezamos, pero resulta maravilloso echar la vista atrás y ver todo recogido en este espectáculo», añade Charlie Watts.
Una persona cercana a la organización avanzó al rotativo «The Independent» que la muestra será «diez veces mayor que la que el Victoria & Albert Museum dedicó a David Bowie y veinte veces más grande que el espectáculo de Elvis en el O2». Se trata, por tanto, de palabras mayores. Entre otras cosas, porque la muestra de Bowie atrajo a más de 311.000 visitantes entre marzo y agosto de 2013 y rompió los registros de venta de entradas anticipadas. Tras la capital británica, se fue de gira, convirtiéndose en Chicago en la más exitosa de la historia del museo de la ciudad. Más de 193.000 personas acudieron a verla durante las quince semanas que estuvo abierta. Los expertos auguran que los Rolling podrían llevarse la «satisfacción» de romper ahora estos récords.