Un gran lectura verdiana de Thielemann
Crítica de clásica / Festival de Pascua de Salzburgo. «Misa de Requiem». De Verdi. Intérpretes: L.Monastyrska, A.Rachvelishvill, J.Kaufmann, I.Sbdrazakov. Sächsische Staatskapelle Dresden. Director: C.Thielemann. Grosses Festspielhaus. Salzburgo, 31-III- 2015.
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Hace tan solo cinco años que Mariss Jansons dirigió en el mismo escenario salzburgués el «Requiem» verdiano con la Filarmónica de Berlín y también Kaufmann como tenor. Entonces fallaron la mezzo y el bajo en el reparto, quedando un cuarteto falto de homogeneidad y tampoco el maestro y el tenor estuvieron especialmente acertados. Lo escuchado este año no sólo supera lo de entonces, sino que se inscribe a la altura de las mejores versiones escuchadas en vivo, las de Karajan, Giulini, Abbado o Muti gracias a Thielemann y sus huestes.
Lectura de tempos entre los más vivos, tan sólo unos ochenta minutos, y con ese equilibrio tantas veces buscado entre teatralidad y espiritualidad y tan pocas hallado. Thielemann parece muchas veces «brutote», pero aquí como en el primer concierto de violín de Shostakovich del día anterior, se refina y recoge como nunca hubiéramos pensado. No pierde un ápice de monumentalidad en el «Dies Irae» –quizás las palabras del coro «Quantus tremor est futurus» deberían sonar más temerosas e incisivas– pero el lirismo en la concertación del «Lacrimosa» es ejemplar. Lo es la exquisitez del «Lux aeterna» y, muy especialmente, la finura delicadísima del «Hostias», con tenor y bajo musitando sin falsetes. No hay un solo instante de posible desconexión del oyente, porque la obra vuela concentrada e intensa, plena de matices y contrastes.
Cuenta con la suerte de cuatro magníficos solistas que responden al criterio de la batuta. Kaufmann se halla en plenitud y ha encontrado cómo colocar la voz de spinto oscuro sin entubar. Ildar Abdrazakov aprovecha que no es un bajo profundo para humanizar la parte. Formidable también las féminas, con una Anita Rachvrelishvili que sorprende en adecuación y Liudmyla Monastyrska recordando a las grandes en pianisimos y fortes, aunque la voz es tan grande que en ocasiones puntuales perjudica el balance del cuarteto. Coro y orquesta al nivel más alto que pueda pensarse. El día 3 se retransmitirá por la Bayerische Rundfunk a las 19,00 horas. Peter Ruzicka, nuevo intendente de la muestra, ha dado a conocer el programa del próximo festival, dedicado a Shakespeare, con un «Otello» como plato fuerte y Thielemann en el foso con un reparto que provoca más de una duda: Botha, Röschmann y Hvorostovsky. Se completa con conciertos en los que participarán Vladimir Jurowski, Buchbinder, Mutter, Harrell y Bronfman.