Papel

«My way», la canción que salvó la vida a Frank Sinatra

El tema que popularizó Frank Sinatra se convirtió en el himno no oficial de los Estados Unidos.

Frank Sinatra fue una de las figuras más queridas por los estadounidenses el pasado siglo
Frank Sinatra fue una de las figuras más queridas por los estadounidenses el pasado siglolarazon

El tema que popularizó Frank Sinatra se convirtió en el himno no oficial de los Estados Unidos.

En 1969, con apenas 53 años, Frank Sinatra estaba cansado, harto. Quería retirarse y se lo dijo abiertamente a su protegido, el joven Paul Anka, al que doblaba la edad. Al canadiense le dolía ver así a su ídolo y padrino, la superestrella que le había acogido en el seno del «Rat Pack», ese supergrupo de hombres a la antigua formado por Sammy Davis Jr., Dean Martin, Peter Lawford y Joey Bishop (además de Sinatra) y que dominó Las Vegas con whisky y testosterona. Pero los días de gloria ya habían pasado. Anka estaba en Miami actuando en hoteles cuando Sinatra le confesó su desesperación y sintió el deber de hacer algo. Le vino a la mente una canción triste en francés, «Comme d’habitude», que hablaba de una relación sentimental gastada narrada por un hombre maduro que piensa, con nostalgia, que las cosas no son como las imaginaba. Anka transformó el tema en una noche febril, junto al piano hasta las cinco de la madrugada, en una canción en inglés, de autoafirmación, sí, y también melancólica, pero de un hombre que lo ha vivido todo y mira hacia atrás sin arrepentimiento y sin orgullo. Se notaba la admiración del pupilo, que casi construyó una elegía sentimental del Sinatra maduro y templado.

La canción fue un éxito aunque no a la primera. La popularidad de «My Way» creció con el eco de artistas como Nina Simone o Elvis Presley que adaptaron a sus circunstancias un tema que habla de pedir perdón sin pedirlo, que funciona como una autojustificación que no implica la menor autocrítica. En una pirueta de la geopolítica, ese concepto debió gustarle mucho a Gorbachov cuando necesitó vender la "perestroika"tanto dentro como fuera de la URSS. Su doctrina de transparencia y de renuncia a la intervención en Europa del Este recibió el nombre de «doctrina Sinatra» como anuncio de una concesión: los países firmantes del Pacto de Varsovia podrían hacer las cosas, si no en libertad, al menos «a su manera». Una absolución de pecados ciertamente muy del estilo y las maneras de «La Voz», pero que habla del peso internacional que tuvo la canción y el mito de su cantante hasta en el enemigo político.

Por cierto que, es menos conocido que, antes de que Anka hiciera su versión de «Comme d’habitude», en Reino Unido, un veinteañero David Bowie se enfrentó a la adaptación del tema al inglés. Sin embargo, el resultado, «Even a Fool Learns to Love», no fue apta para ser grabado pero al menos supuso el germen de «Life On Mars», que apareció publicado dos años después. Aunque versiones del tema ha habido incontables: los Sex Pistols hicieron la más provocadora y excitante, aunque los Gipsy Kings no se quedaron atrás con su rumba flamenca. Hasta los Tres Tenores, Nina Hagen, Calamaro, Jay Z o Robbie Williams (se calculan 1.500 versiones) se rindieron después a este tema inmortal, el que seguramente ha generado más derechos de la historia de la música.

Puede decirse que es el himno oficioso de Estados Unidos, que encarna ese espíritu individualista y autoindulgente que tan bien representa los ideales del país. Hasta su muerte tres décadas después, Sinatra la cantó miles de veces y, según parece, cada vez con menos ganas. «No puedo soportarla», llegó a decir en un gesto de honradez y descuido con un micrófono. Le gustase o no, el tema que recibió prestado le permitió seguir viviendo, como de costumbre («Comme d’habitude»), a su manera.