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Ni una broma con el holocausto, Martin Amis

El escritor británico reaparece con «The zone of interest», un libro en el que reflexiona sobre los campos de concentración (esta vez nazis), pero con un elemento nuevo: el humor
larazon

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Es uno de los temas polémicos. Pero la pregunta siempre está ahí, presente: ¿es posible unir la comedia y el Holocausto? O de otra manera: ¿se puede escribir sobre el genocidio judío con humor? Lo que en un primer instante parece una atrocidad se convierte en experimento literario en «The Zone of Interest», una novela que ya ha acaparado todos los titulares. Detrás de ella, el polémico novelista Martin Amis, autor de «El libro de Raquel», «Dinero» o «Campos de Londres», que se está adaptando a la gran pantalla. ¿Qué escritor podría atreverse con una tarea así si no él? El conocido como el enfant terrible de la narrativa británica vuelve a la carga con una historia que revive uno de los episodios más hórridos de la humanidad y que tanta tinta ha hecho derramar desde el año 1945. El narrador se atreve a acercarse al infierno que supusieron los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial a través de lo absurdo y el sin sentido. En el festival de Perth, celebrado a principios de este año, ya adelantaba que quería «ridiculizar la idea nazi». Le resultaba, como admitió en ese momento, «divertido» porque consideraba «estúpidamente diabólico» el plan. «La comedia y la sátira tienen un papel que desempeñar en el mundo. La idea de que debes escribir algo muy duro porque te estás refiriendo a unos hechos tremendamente horribles es una tesis que yo no comparto. No creo que sea así como funciona la literatura», recalcó. Hay muchas palabras que no se pueden utilizar para describir a Amis sin caer en la redundancia. Polémica y provocación son dos de ellas. Algunos también incluyen arrogancia, pero eso ya es una cuestión de gustos. Lo que está claro que es que en el repertorio no cabe el término indiferente. Se podrá estar de acuerdo con él o no. Pero lo que dice sienta cátedra.
- Conversando como en un pub
Su nuevo libro, que ya ha empezado a acaparar la atención de los lectores y los medios de comunicación, comienza con la charla de unos hombres, más bien jóvenes, que se lamentan de tiempos pasados a la vez que se mofan de un conocido que ha logrado casarse con una bella mujer, que resulta ser la obsesión de uno de los narradores que participan en la conversación. El hecho de que haya tres voces es una genialidad más de la obra. El diálogo, en definitiva, podría escucharse en cualquier pub por el tono, aunque después viene la sorpresa. La realidad es que los protagonistas de esta trama se encuentran en un campo de concentración alemán durante la contienda de 1939 que asoló el Viejo Continente. Es fácil reconocer qué conflicto es por las referencias a Ilse Grese, un guardia infame en Auschwitz que más tarde fue ahorcado por los crímenes de guerra que cometió. Otro apunte: «Tío Martín» no es una herramienta que el autor utiliza para introducir a un personaje más. Es una referencia al secretario privado de Hitler, Martin Bormann, uno de sus leales lacayos y un personaje ciertamente oscuro. Los hechos reales que afianzan esta historia impregnan cada uno de los detalles que aparecen en el libro, pero lo críticos que han podido leer la novela con cierta anticipación aseguran que, por encima de todo, se trata de una historia de amor. Por otra parte, uno de los aspectos que más se ha destacado es el brillante uso que hace Amis del tercer narrador, Szmul, un judío polaco cuyo trabajo se centra en comprobar si los cadáveres tienen objetos de valor escondidos.
No es la primera vez que el autor enraíza su narración en un contexto histórico. Ya exploró los gulag de la era soviética en «La casa de los encuentros», (2006). Este tema le obsesionó durante bastante tiempo. Lo analizó de una manera ensayística en uno de los títulos más populares de su trayectoria, «Koba el temible: la risa y los veinte millones». Con esta obra, en la que reflejaba, sin ningún tapujo, el horror de estos campos, saldaba también una vieja cuenta con el pasado. Una deuda que estaba firmemente vinculada a su biografía. Como afirmó recientemente al diario «The Sunday Times», nació «cuatro años después de la muerte del pequeño mostacho (entiéndase, Hitler) y cuatro años antes del fallecimiento del gran mostacho (que es Stalin), unas figuras que yo puedo recordar». En la vida de Martin Amis han tenido mucha importancia las diferentes posturas que los intelectuales han adoptado, a lo largo del tiempo, con el comunismo. De ahí surgió en él un gran debate sobre este periodo, al que retrata sin paliativos ni excusas intelectuales (la figura del padre está presente en sus posturas sobre algunos asuntos, además de ser una presencia fundamental que ha condicionado su proyección literaria: Kingsley Amis era un célebre escritor en su época).
Pero tampoco es la primera vez que Martin Amis, que siempre se ha caracterizado por su sinceridad, se enfrenta al Holocausto en su trayectoria literaria. En el pasado, en «Time's Arrow» (1991), traducido aquí como «La flecha del tiempo», ya le llevó a tratar la barbarie. Aunque esta novela dividió la opinión de la crítica, de momento, es la única que le ha llevado a estar nominado a los prestigiosos premios Man Booker a pesar de su dilatada carrera.
Mientras presentaba este libro en España, Martin Amis explicó que cuando escribes sobre el Holocausto, «la idea inicial respecto a este tema es que se trata de un horror irrepetible del que sólo fueron capaces los nazis. Sin embargo, acabas por darte cuenta de que es una falsa idea, ya que se trata de una tendencia del mundo y no sólo de los alemanes. El Holocausto fue alemán en su estilo, una barbarie de rostro moderno, pero los que lo hicieron eran tan humanos como alemanes», recalcó.

Más que un escritor

Controversias de un autor que no deja indiferente
La polémica ha perseguido a Martin Amis desde el comienzo de su carrera literaria. Le han acusado de todo lo posible y más todavía. Las feministas le han llamado misógino, pero otros colectivos no se han cortado en nada y han dicho de él que es hasta racista. Cada vez que el escritor publica una novela se desencadena a su alrededor toda clase de polémicas, debates y comentarios que, en ocasiones, han terminado hastiando a más de uno en su propio país. De hecho, ahora él vive en Nueva York, alejado de su querido Londres, acordándose de su amigo Christopher Hitchens y de la estimada «ironía» británica, que parece echar tanto de menos desde el corazón de Estados Unidos. Y, todo, mientras intenta reducir el número de pitillos que fuma al día. Sus declaraciones sobre la eutanasia, su ensayo sobre los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York en «El segundo avión: 11 de septiembre, 2001-2007», que le valió más de una crítica por las declaraciones que hizo sobre el islam durante las entrevistas que concedió a raíz de este ensayo, o su incursión en otro tema debatido, los gulags son sólo algunos de los temas que ha tocado. En su último libro se acerca a Auschwitz. No quedará nadie indiferente. En esta ocasión, parece que Amis ha escrito una gran obra que estaría rematada por una reflexión sobre un tema del que siempre hay que decir algo. De hecho, para Amis, Occidente todavía no ha comprendido a Hitler ni el mal que condujo a Europa a esta barbarie.

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