Bruselas

No hay 155 para las obras de arte

Cuatro sentencias favorables y una reclamación eterna por 44 piezas en manos de la Generalitat de manera ilegal.

En Villanueva de Sijena esperan la llegada de las 44 obras que salieron ilegalmente de la localidad y están en Cataluña
En Villanueva de Sijena esperan la llegada de las 44 obras que salieron ilegalmente de la localidad y están en Cataluñalarazon

Cuatro sentencias favorables y una reclamación eterna por 44 piezas en manos de la Generalitat de manera ilegal. A una semana de que empiece la campaña de las elecciones catalanas el asunto entra en un tramo decisivo con el ministro Méndez de Vigo, «conseller» de Cultura en funciones, como protagonista.

No se puede decir que Los Monegros sea una zona particularmente pluviosa. De hecho, está considerado un desierto en toda regla. Pero a la altura del monasterio oscense de Santa María de Sijena el terreno se torna pantanoso. Un cenagal político. El asunto de los bienes del antiguo monasterio, en manos de la Generalitat de manera ilegal y que Villanueva de Sijena reclama desde años con cuatro sentencias favorables, es un gato al que nadie quiere poner el cascabel, menos aún con el desafío soberanista, ya a calzón quitado, de por medio. Todo un laberinto judicial y político que arranca con la Guerra Civil y que estas semanas entra en su tramo decisivo con un protagonista sorprendente: el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo.

Cuando el dinosaurio independentista despertó (con el 1-O, con la DUI), Sijena ya estaba ahí. Fue el primer paso de la vulneración de la legalidad por parte de la Generalitat, pero pasó inadvertido, como una mera disputa entre comunidades. A pesar de los requerimientos judiciales desde la sala de Instrucción 1 de Huesca, validados por el Supremo y el Constitucional, el Govern hizo oídos sordos a la devolución de las 44 piezas (entre ellas los ricos sarcófagos policromados de las prioras) que se custodian en el Museo de Lérida. Los ex consellers de Cultura Santi Vila y Lluis Puig fueron denunciados por ello. Y entonces llegó el 155. Y un nuevo «conseller»: el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, que asume en funciones la cartera en tanto dure la aplicación del artículo constitucional.

La fecha de entrega, ya

El juez Antonio Martín González, recién llegado a la causa tras el traslado de la anterior magistrada, mandó una providencia el 15 de noviembre al ministro para que, «en calidad de responsable de la Consejería de Cultura de la Generalidad de Cataluña (...) informe en qué fecha y por qué medios se realizará la entrega de los bienes». Al mismo tiempo exhortaba a la Policía Judicial de la Guardia Civil a establecer «un cronograma de actuación para el retorno de los bienes con el diseño del dispositivo de seguridad y de traslado de los mismos».

Aunque Méndez de Vigo asegura no haber recibido la documentación aneja de la providencia y por ahora no ha aceptado el mandato legal de devolver los bienes, el juez, en espera de la respuesta del ministro y del cronograma, asegura que la Guardia Civil podrá incautarse de los objetos si el ministro no cumple. Para Jorge Español, abogado de Villanueva de Sijena, «la obligación del ministro es actuar de forma inmediata. Ya está tardando, la Ley debe cumplirse sin dilación. No es un problema de oportunidad política». Y es que el «caso Sijena» resulta embarazoso para el Gobierno de la nación ante las elecciones catalanas del 21-D. Es un asunto espinoso en que su imagen puede salir dañada por ambas partes y enrarecer los comicios, máxime cuando desde Twitter sectores del independentismo radical han llamado a proteger con «barricadas» la salida de las piezas. «El ministro no sabe cómo resolverlo desde el punto de vista de su imagen, pero no cabe pensar otra cosa que la vuelta de las piezas. Méndez de Vigo está en la cuerda floja y no debería hacer política en este asunto, porque desobedecer al juzgado de Huesca es ir contra el Supremo y el Constitucional», añade Español.

Desde la parte de Sijena existe la idea de que el Ministerio quiere dilatar los plazos para que la causa siga tras el 21-D, con un nuevo Govern legítimo que deberá dar la cara o, lo que es lo mismo, «comerse el marrón». «Puedo entender la postura de Méndez de Vigo por la proximidad de las elecciones –señala Ildefonso Salillas, alcalde de Villanueva de Sijena–, pero si tras el puente de la Inmaculada no hemos recibido noticias, pediremos que se emprendan acciones». Esas iniciativas pasarían, además de por reiterar ante el juez que se ponga en marcha el dispositivo policial, por una posible denuncia a Méndez de Vigo, como ya se hizo con Santi Vila y Lluis Puig. «La imputación la tendría que hacer el juez de oficio, pero sino naturalmente la pediríamos nosotros» puntualiza Español. Méndez de Vigo ha dado un paso para el apaciguamiento de la causa: desistió de recurrir el auto del juez, la primera vez que la Generalitat no recurre una providencia desde el principio del litigio. Esto significa que el Ministerio (y la Conselleria) asumen que las piezas se tienen que devolver según lo dispuesto por la Justicia. Ahora bien, ¿será su gabinete el que lo ejecute? Ahí es donde no está clara la cosa.

«Que se haga justicia»

Desde Sijena se abjura de los políticos y se alaba la labor del juez y la Guardia Civil. «Somos una serie de pueblos ninguneados por Cataluña y el Gobierno central», asegura Juan Yzuel, portavoz de «Sijena Sí», una plataforma que cada fin de semana viene realizando marchas por el regreso de los bienes. «A nosotros no nos motiva la política, sino que se haga justicia. Dependemos de nosotros mismos y de la justicia, no de los políticos que nadan y guardan la ropa», asegura. Para ellos, el Gobierno central descuida el patrimonio de un monumento nacional como Sijena; el Gobierno de Aragón «se suma al carro» en última instancia de la causa llevada por Villanueva de Sijena; y la Generalitat «desinforma» sobre la realidad de la ilegalidad de su posesión. «Que entre todos devuelvan lo que es suyo a pueblo pequeños que solo pueden defenderse en los juzgados. Esta es la lucha de David contra Goliat. Somos ciudadanos de a pie que nos hemos levantado para pedir dignidad y justicia», añade Yzuel. Para ellos, Jorge Español, el abogado de Sijena es casi un emblema de su causa: «Lleva diez años con este tema, sin cobrar un duro, y ganando todos los pleitos a los abogados de la Generalitat, que ganan más dinero que el presidente del Gobierno».

Las próximas semanas serán decisivas para el futuro de Sijena. Si el «conseller» Méndez de Vigo no actúa de por sí, la Policía Judicial será la encargada de recuperar las piezas. Aunque no han trascendido detalles del operativo, y el juez en su última providencia de 22 de noviembre siguiera a la espera del cronograma solicitado, el abogado Jorge Español cree que «la Guardia Civil ya lo tenía diseñado o pensado hace tiempo». A finales de julio, el Gobierno de Aragón ya pidió al juez que la Policía Judicial preparase la entrada en Museo de Lérida, pero el juez desestimó llevarla a cabo en ese momento. Ahora, es el magistrado quien lo ha solicitado. De hecho, aunque en su providencia asegura estar «a la espera» de lo decidido por el ministro, con el resultado de ello, asegura, «se acordará lo procedente, incluso el retorno de los bienes a cargo de los agentes». «Y la Guardia Civil siempre cumple, ellos sí que dan la talla», manifiesta Español. Si, no obstante, la causa se dilatase más allá del 21-D, Villanueva de Sijena advierte de que el camino para el nuevo conseller, en caso de desobedecer al juez, será el de Santi Vila, imputado por desobediencia, y Lluis Puig, para quien han pedido una euro orden de arresto, al encontrarse el ex conseller de Cultura en Bruselas junto a Puigdemont. Mientras, Sijena Sí ataca por otro frente: llevará el caso de los bienes a ICOMOS, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, al entender que el Museo de Lérida vulnera el Código de Ética. Ya cuentan con una comisión científica compuesta por catedráticos y directores de museos para formular un escrito que, de ser aceptado por ICOMOS, «desacreditaría la imagen del Museo de Lérida», asegura Yzuel.