Nueva luz para el palacio de los Golfines
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Situado en el barrio monumental de Cáceres, el palacio de los Golfines de Abajo se terminó de construir en el siglo XVI por Sancho de Paredes Golfín, camarero de la Reina Isabel la Católica y uno de los firmantes de su histórico testamento en Medina del Campo. Es uno de los palacios más emblemáticos de la ciudad. Tras varios años de restauración y adaptación museística, acaba de abrir sus puertas al público con un acto institucional y con un espectáculo audiovisual de luz, música y proyecciones con efectos digitales sobre la fachada de este recinto en la plaza de los Golfines. A partir de ahora, cacereños y turistas podrán pasear por habitaciones que albergaron a los Reyes Católicos en sus viajes a la ciudad hace cinco siglos y contemplar sus valiosas obras de arte. Comenzó a rehabilitarse todavía en vida de su propietaria, doña Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno en el año 2002, adaptándolo para ser visitado por el público. Tras su fallecimiento se hizo cargo la Fundación creada por ella misma en 2012, constituida con el compromiso de conservar y gestionar el patrimonio heredado y con una finalidad de servicio a la sociedad a través de acciones encaminadas a la formación de la juventud, la investigación científica y el medioambiente. Todos estos trabajos han sido realizados con fondos propios de la Fundación, sin capital público ni subvenciones de ninguna administración. El proyecto ha sido realizado y dirigido por un grupo de museólogas y profesoras de la Universidad de Extremadura, Pilar Mogollón Cano-Cortés a la cabeza y Rosa Perales Piqueres, Teresa Terrón Reynolds y María Antonia Pardo Fernández.
Según Álvaro Matud, director académico y de relaciones institucionales de la Fundación: «En la visita se podrá conocer una selección de algunos de los documentos originales del Archivo de la Fundación, pendientes de ser digitalizados y catalogados, como cédulas de los Reyes Católicos, de la Reina Juana y de su hijo Carlos I. En la planta baja, los visitantes harán un recorrido cronológico desde las salas decoradas en el siglo XIX hasta la Sala de Armas, o Sala de Linajes, del s. XVI, con un interesante conjunto pictórico renacentista encargado por el camarero Sancho de Paredes Golfín. En la planta superior, el criterio de la visita es temático, con salas dedicadas a la vida cotidiana, el ocio, la caza y una capilla-oratorio con relicarios de los siglos XV al XVIII. Pero, sin duda –continúa–, lo más interesante de la visita es el propio Palacio, que se ha mantenido como tal durante los últimos 500 años y la posibilidad que ofrece de contemplar las obras de arte en su contexto».