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«Ocean's 8», el robo feminista más grande de la historia

La famosa saga de atracos protagonizada por George Clooney vira hacia un reparto totalmente femenino, con Cate Blanchett a la cabeza, que intentará robar una valiosa joya en la gala del MET
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La famosa saga de atracos protagonizada por George Clooney vira hacia un reparto totalmente femenino, con Cate Blanchett a la cabeza, que intentará robar una valiosa joya en la gala del MET.
La fórmula es la misma (o casi), pero los elementos han variado sustancialmente. Si hasta ahora la saga iniciada con «Ocean’s 11» en 2001, a la que seguirían «Ocean’s 12» (2004) y «Ocean’s 13» (2007), se basaba en la conjunción de masculinidad, acción, un atraco perfecto y glamour californiano, ahora los factores se alteran merced a un reparto totalmente femenino para intentar dar con el mismo resultado: entretenimiento «made in Hollywood». «Ocean’s 8», que se estrena mañana, es lo mismo, pero distinto, y participa de esa vía abierta por los estudios para revisitar en clave femenina (y a veces feminista) sus sagas y clásicos.
El personaje al que da vida Sandra Bullock es el que hace de engarce entre la tríada de filmes protagonizados por George Clooney y esta nueva película. Ella es Debbie Ocean, hermana de Danny, el elegante canalla que las enamoró a todas en «Ocean’s 11». Debbie, amiga de lo ajeno como su hermano, lleva exactamente 5 años, 8 meses y 12 días (el tiempo que ha pasado en la cárcel) preparando un robo espectacular y sin precedentes: una joya valorada en 150 millones de dólares que se exhibirá en la gala del MET, uno de los eventos (absolutamente real, en este caso) más importantes de Nueva York. Para ello sabe que tiene que contar con un equipo top, empezando por su compañera más fiel, Lou Miller (Cate Blanchett). Juntas, reclutan a una joyera de origen indio llamada Amita (Mindy Kaling); Contance, una timadora callejera interpretado por Awkwafina; Nine Ball (la cantante Rihanna) especialista en hackeos, una madre de clase media con extrañas aficiones llamada Tammy (Sarah Paulson); y una reconocida diseñadora de ropa, Rose, a la que da vida la siempre histriónica Helena Bonham Carter.
Una causa común
La cinta está dirigida por Gary Ross, director de «Los juegos del hambre» (2012), amigo de juventud de Steven Soderbergh, responsable de las cintas «masculinas» de la saga. Para Ross y Olivia Milch, la guionista, lo más importante era presentar a estas ocho mujeres tan diferentes y que la audiencia pudiera verse reflejada en ellas de una forma un otra. «Respecto a las protagonistas era clave que lo que mostraran es que las mujeres son inteligentes, graciosas y vulnerables a la misma vez», explica Milch; mientras que para Sandra Bullock había que dejar claro que las mujeres saben cuidarse por sí mismas: «En el filme tenemos una misión y no luchamos para conseguir a un papanatas, sino que nuestra lucha es por una causa común y nos apoyamos unas a otras incondicionalmente».
En Estados Unidos, donde se estrenó el 8 de junio, se ha puesto mucho énfasis en el hecho de que todo el reparto sea femenino y en el momento de aparición, con el movimiento #MeToo como protagonista de este año. La oscarizada, por dos veces, Cate Blanchett está un poco agotada de que se ponga el acento en ello: «Yo, sinceramente, lo que espero es que el hecho de que una película esté protagonizada por mujeres no sea el tema de conversación relevante. Que haya un reparto femenino debería ser algo normal y no que se destacara como inédito o poco común. Estoy cansada de tener que decir lo maravilloso que es trabajar con este grupo de mujeres porque, al fin y al cabo, lo que es ''Ocean's 8'' es un filme sobre un robo. La película es divertida y con la única intención de entretener; no creo que deba tener ninguna implicación política. Y la circunstancia de que se haya estrenado justo después de todo el movimiento #MeToo es pura coincidencia». Para Bullock, sin embargo, resulta importante que se resalte el tema, que pone a la mujer al nivel del hombre en todos los aspectos. «No se trata de reemplazarlos sino de tener los mismos derechos», insiste.
Blanchett hace hincapié en que no está en desacuerdo con Bullock pero se reafirma en que la Prensa debe tratar el tema bajo una perspectiva diferente. «La conversación sobre el #MeToo debe seguir. Pienso que estamos en un proceso de cambio. Las mujeres llevan trabajando en el cine durante décadas a pesar de que la industria nos ha intentado separar. No creo que la presión por sí sola sea un buen arma para cambiarlo porque se pone aún más atención cuando los filmes son dirigidos por mujeres o protagonizado por mujeres. Es importante no politizarlo, es un problema humano, no político». Para la actriz australiana el filtro del #MeToo que están aplicando a «Ocean's 8» le hace sentir un poco como el día de la marmota. «Da la impresión que no progresamos, de que no avanzamos», concluye la intérprete.
Otro aspecto muy destacado de la película es su espectacular diseño de vestuario que se sintoniza bien con el aura de glamour y elegancia de los chicos de «Ocean's 11», trasladados ahora a la esfera femenina. Al fin y al cabo, el meollo de la película trascurre en la preparación y ejecución de un robo en la gala del Metropolitan Museum of Art (MET), que es uno de los eventos más importantes del año para el mundo de la moda y los diseñadores de prestigio. «Poder rodar en el interior del MET nos ha dado una gran ventaja trabajar con los mejores diseñadores –explica Ross–. Por ejemplo, Dolce & Gabbana nos diseñó una cortina de seda de treinta metros».
La diseñadora de vestuario, Sarah Edwards, se incorporó en el último momento a la película para relevar al anterior responsable. «Ha sido una labor increíble la que ha hecho. Creo que cada personaje queda muy bien definido por el vestuario que lleva», resalta Blanchett. Para Bullock, todos los diseñadores que han contribuido con diferentes vestidos para las escenas de la gala del MET «fueron de lo más generoso, su colaboración ha sido clave, algunos de los trajes tenía un trabajo increíble, una ornamentación y una acabado absolutamente perfecto». Las escenas que transcurren en la gala son, en palabras de Blanchett, «para quitar el hipo».
Rihanna, de paisano
Por su parte, Rihanna, que lleva años protagonizando la alfombra roja de la gala del MET con sus exhuberantes y estrafalarios vestidos, se quedó en esta ocasión durante el rodaje (y en la ficción, por ende) metida en el camión desde donde esta «hacker» controla la operación de robo de sus compañeras. Según Ross, a la artista le encantó la idea de no tener que vestirse de gala en el filme e interpretar a su personaje basada en sus orígenes caribeños y con un look a lo Bob Marley.
El filme ha superado ya las expectativas en taquilla. Lleva recaudados 116 millones de dólares a nivel doméstico y 95 internacionalmente. Por el momento, «Ocean's 8» no ha tenido que verse las caras con la reacción un tanto misógina que tuvieron filmes como «Cazafantasmas» (también una versión «femenina» del original) o «Star Wars: El último Jedi», que fueron criticadas en redes sociales por unos malintencionados «trolls». Quizá el hecho de que la saga Oceans no tenga una base de fans como las dos anteriormente mencionadas, ni desprende un sentimiento cinéfilo-nostálgico a su alrededor, puede haber jugado a su favor.

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