Orson Welles nos deja mudos
La Filmoteca de Cataluña programa la esperada «Too Much Johnson», la primera experiencia cinematográfica del director
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Policías con porras, persecuciones por los tejados, maridos despechados, amantes torpes, enredos de identidades... no es el argumento de un «slapstick», sino la primera película filmada por Orson Welles. El cineasta no debutó explícitamente con «Ciudadano Kane», antes intentó inventar eso que hoy se denomina «espectáculo multimedia» y realizó una pequeña película introductoria que serviría de prólogo a una obra de teatro. Tenían que ser 40 minutos de farsa, divididos en tres cortometrajes inspirados en Harold Lloyd y los policías incompetentes de Mark Sennett, los «Keystone cops». Era el año 1938 y el montaje se llamaba «Too Much Johnson». Sin embargo, y como le sucedería tantas veces a lo largo de su vida, no pudo acabar de montar el material filmado y la película nunca vio la luz. El año pasado, y después de un año de restauración, el metraje se mostró por primera vez al público en el Festival de Cine Mudo de Pordenone, pequeña localidad al norte de Italia, y ahora se proyecta por primera vez en España en la Filmoteca de Cataluña.
«Me hice con una cámara de cine mudo y simplemente empecé a dar vueltas a la manivela. Resultó muy divertido», comentaba Welles en su célebre entrevista con Peter Bogdanovich, a quien también aseguró que todo el metraje rodado se había perdido en un incendio en su casa de Madrid en 1970. Puede que lo creyera así, pero lo cierto es que las nueve bobinas que encerraban el material aparecieron en un almacén del norte de Italia, seguramente un accidente debido a las continuas mudanzas del autor de «Ciudadano Kane». De ellas, ocho estaban en buen estado y se pudieron salvar 66 minutos de metraje, en bruto, sin montar, pero que ya demuestran el talento naciente y el amplio conocimiento cinematográfico de Welles.
Problemas con la Policía
«Too Much Johnson» era una comedia bufa de William Gillette, dramaturgo y el actor que popularizó la imagen icónica de Sherlock Holmes. La obra se estrenó en 1894 e incluso la Paramount realizó una versión cinematográfica años después sin demasiado éxito. Tras crear su propia compañía en el Mercury Theatre, Welles decidió adaptar de nuevo la obra. Su primera decisión fue reducir el texto a una hora escasa y explicar lo cortado, unos 40 minutos, a partir de tres cortometrajes mudos que tendrían que funcionar a manera de prólogo. El montaje tendría en su papel principal a su inseparable Joseph Cotten, que luego protagonizaría «Ciudadano Kane» y «El cuarto mandamiento». También aparecería la que era su mujer por aquel entonces, Virginia Nicholson, con quien se divorciaría durante el rodaje de «Ciudadano Kane». El director de «Mr. Arkadin», por supuesto, también se reservó un pequeño papel.
Otro dato revelador es que la banda sonora del montaje fue de Paul Bowles. Se conservan las partituras del autor de «El cielo protector» y los pases de la película se hacen con adaptaciones de la música. Ambos formaban parte del mismo círculo bohemio neoyorquino y Welles no dudó en hacerle el encargo. «Orson fue un buen amigo. Hice tres obras con él. Lo admiraba mucho a pesar de su egoísmo extremo», comentaba el escritor.
La historia de la pieza es típica del vodevil. Johnson, hombre casado, tiene una aventura. El marido de su amante encuentra una foto suya, rota por la mitad, en la que en la parte de atrás se lee: «Mr. Johnson, Cuba». Entonces, el marido organizará una caza y captura del misterioso Johnson, con la única pista de la imagen de la parte superior. Todos acabarán en el mismo barco con destino a La Habana.
El rodaje duró unos diez días y recorrió Nueva York, desde el Bronx al Battery Park y el Washington Market Park. También se simuló la isla en pequeñas poblaciones al norte de Manhattan, como Tomkins Cove o Haverstraw. En una de las escenas, Cotten tenía que saltar por diferentes tejados. La Policía, que no sabía nada del rodaje, pensó que era un suicida y comenzó a perseguirlo. Hasta que no se deshizo el equívoco la situación se asemejaba demasiado a una película dentro de una película. Una semana antes, una persona ya se había arrojado de esos tejados y las autoridades estaban bastante susceptibles.
Las imágenes demuestran el conocimiento de Welles del mundo del cine y en las diferentes escenas pueden verse referentes del cine cómico americano, el expresionismo alemán, las vanguardias francesas y también del estructuralismo soviético. Todavía no hay rastro del Welles megalómano y presuntuoso, pero sí que hay pistas que dejan ver lo que llegaría a ser el cineasta. «Lo que se ve en la película se mostrará madurado y perfecto dos años después en una obra maestra llamada "Citizane Kane"», comentó Paolo Cherchi, director de la George Eastman House, compañía responsable de la restauración, durante el estreno mundial del filme.
Las hipótesis de por qué este metraje nunca vio la luz son muchas. Por un lado, se habla de problemas económicos que impidieron al director acabar el montaje. Por otro, que el teatro que debía exhibir el estreno, en Connecticut, no podía acoger una pantalla y proyector adecuados para una película. También se habla de la protesta de los actores de no cobrar una cantidad extra por la película o del requerimiento de Paramount de que ellos poseían los derechos fílmicos y que tendrían que pagar si pretendían mostrar imágenes. Quizá no le dio tiempo. El caso es que la obra de teatro se estrenó el 18 de agosto de 1938 sin la película y el fracaso fue espectacular. Sólo dos semanas en cartel. Welles aseguró que lo único que había hecho para rodar «Ciudadano Kane» fue «ver 40 veces "La Dirigencia", de John Ford». Su descubrimiento muestra que era un gran conocedor cinematográfico y abre otras vías para estudiar su obra.