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Pepón Nieto: «La sinceridad absoluta está sobrevalorada»

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

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«La comedia de las mentiras», que estará en La Latina hasta el 6 de mayo, demuestra cómo algunas falsedades hacen la vida más llevadera.
Pepón Nieto es un hombre pluriempleado. Un actor archiconocido, a través de la pantalla o sobre las tablas, que nos recibe en la puerta del Marengo, el restaurante que acaba de abrir –junto con su hermana– en el centro de Madrid. «¿Quieres tomar algo?», nos ofrece un refresco, de verdad, antes de ponerse hablar de esos embustes que son como un bálsamo que engrasa la vida y la hace más amable y más llevadera. Y es que es uno de los protagonistas de «La comedia de las mentiras», una historia de enredos, un vodevil clásico, cuya única pretensión pasa por divertir al público durante dos horas seguidas. Y eso cansa. «No es fácil hacer reír a todo el mundo, porque cada uno se ríe de unas cosas distintas. Pero esta función tiene los ingredientes imprescindibles para que funcione», asegura.
–¿Y usted de qué se ríe?
–Yo me río mucho. Y sobre todo me río de mí, de los errores que cometo. Reírse de uno mismo da permiso para reírse de lo demás.
–¿Es ésta una obra sobre las mentiras o sobre el amor?
–Sobre el amor. Son dos personajes jóvenes, dos pijos de la época, maleducados y caprichosos, que tienen un esclavo (que es mi personaje) y que quieren conseguir el amor. De hecho, todos buscan el amor y todos quieren conseguirlo, y de la única forma que lo pueden lograr es engañando y mintiendo.
–¿Hay que mentir para enamorar?
–Siempre enseñamos lo mejor de nosotros mismos, ocultando nuestro lado oscuro, y eso de alguna manera también es mentir. Todos mentimos de alguna manera para conseguir el amor, y eso es lícito. La sinceridad absoluta está sobrevalorada. Yo no quiero que me cuenten todo, que me digan que estoy gordo, porque ya lo sé. Esas son las mentiras a las que se alude en la función, a las que hacen más cómoda la vida, no a las que estamos acostumbrados a tragarnos por parte del Gobierno. Y si están al servicio del amor... el amor es el motor del mundo.
–¿Y cuando el amor es mentira?
–Eso hay que saber verlo y quitarse de en medio.
–¿Las mentiras son graciosas o tristes?
–En este caso son muy graciosas. En la vida real las hay de todo tipo.
–¿Mentimos mucho?
–Dicen que más de 200 veces al día. Mentimos para todo, para aparentar lo que no somos, en el currículo, para parecer mejores, para ayudar a un amigo, para que nuestros padres se sientan orgullosos...
–Con lo mal visto que está...
–Está mal vista la mentira que hace daño, pero esa mentira piadosa...
–¿Se refiere a ese bálsamo?
–Sí, a ese aceite que engrasa la vida.
–¿Mentimos bien?
–Depende, a algunos se les nota mucho y otros tienen una desfachatez...
–El que miente, ¿engaña o se engaña?
–Trata de engañar, aunque la mejor manera de mentir es creyéndote la propia mentira. Si no te la crees te van a pillar seguro, porque la mentira tiene las patitas muy cortas.
–¿Cómo pillar antes a un mentiroso que a un cojo?
–Se delatan solos.
–La verdad tiene matices. ¿Y la mentira?
–También. Hay mentiras, grandes trolas, mentirijillas, mentiras piadosas... Existen muchos tipos de mentiras y muchas formas de mentir.
–¿España es más cómica que trágica?
–Es totalmente tragicómica, al 50%. Sacamos fuerza de la tragedia gracias a la comedia.
–¿Pero es fácil hacer comedia en medio de tanta tragedia?
–Hacer comedia no es nada fácil. Y cansa mucho.
–¿Hasta el punto de quedarse sin ganas para hacer reír fuera del escenario?
–Yo es que no soy nada gracioso en persona. Si no tengo un texto que me respalde o una afición que me ampare... Lo más gratificante es terminar una función y ver que has hecho feliz a la gente.
–¿Usted miente mucho?
–Lo justo y necesario. (Risas) Aunque siempre son mentirijillas para no quedar mal, para no decir lo que pienso de verdad. El «qué guapa vas» cuando la veo horrorosa sale mucho de mi boca...
–Sobre las tablas hace de criado, pero en la vida real...
–...También. Las cosas que hago de teatro las produzco, porque nadie me va a ofrecer nada mejor que lo que pueda buscar para mí. Llevo 25 años de carrera, he hecho casi 30 películas, he protagonizado series y obras de teatro de éxito... pero continúo pidiendo que me hagan pruebas. Sigo buscándome la vida como cuando empezaba.
–En junio se estrena «El intercambio». ¿Por quién se cambiaría?
–Miro para un lado y otro... Sólo hay un 11% de actores que podemos vivir de esto, veo a mi gente cerca, a mis padres vivos... no me cambio por nadie.
–¿No me habrá usted estado engañando durante toda la entrevista?
–Totalmente, todo lo que te he dicho es mentira (risas).