Arte, Cultura y Espectáculos

¿Por qué vale 30 millones de euros el retrato de Botticelli?

El último cuadro del pintor en manos privadas, sin comprador hasta la fecha, ha seguido una estrategia de venta y una campaña de marketing similar a la de "Salvator Mundi"

La venta del "Retrato de Michelle Marullo Tarcaniota"ha generado una enorme expectación
La venta del "Retrato de Michelle Marullo Tarcaniota"ha generado una enorme expectaciónlarazon

Había levantado una enorme expectación. De hecho, se convirtió en la estrella de la galería Trinity Fine Art, no era para menos, por la calidad de la obra, de la feria en la que se expuso desde el pasado jueves. Botticelli, genio y maestro del Renacimiento y su última obra del artista en manos privadas, las de la familia Cambó, tenía precio. Nada menos que treinta millones por el “Retrato de Michelle Marullo Tarcaniota” (1491).

El stand se llenó de curiosos, de público con el móvil en la mano deseando inmortalizar la obra, quizá, por qué no, de algún interesado de verdad en la pieza. Nada mejor para mover la obra y suscitar interés que convertirla en el foco de una feria donde bullen los coleccionistas internacionales con una abultada chequera. Los grandes negocios de venta de obras de arte se hablan y se amarran en las ferias, que algunos cuajan, que otros se prolongan en el tiempo para cerrarse después. Que muchas veces actúan como una primera toma de contacto para tomar el pulso a la obra, verla de cerca, saborearla.

Otra cosa bien distinta era ponerle precio a la obra, un retrato de caballero, una rareza en la producción en la abundan las obras de tipo religioso. ¿Cuánto vale este Botticelli? Como respondería un galerista, quizá el propio Carlo Orsi, propietario de la que aloja la obra, lo que el comprador desee pagar por ella. No obstante, habrá que ajustarse a unos parámetros comparativos para referenciar el valor económico.

Y ese anclaje ha sido el anterior cuadro subastado del maestro, “Madonna y Niño con el joven San Juan Bautista”, que se vendió por 10,4 millones de dólares en 2013, aunque la obra no se consideraba por entero salida de la mano del pintor, que habría podido recibir la ayuda de su estudio, aunque la procedencia de la pieza, que había pasado por la colección de John D. Rockefeller, lo avalaba. En esta ocasión, el retrato de Marullo había salido únicamente de su mano. Un plus. Otro plus más.

Orsi, aunque dice que no es historiador, sabe perfectamente lo que supone una obra de Botticelli en el mercado. A mediados de los 80 empezó a trabajar en la galería milanesa de su padre. Le avala su experiencia en obras de arte antiguo y haberse topado ahora con una gema de este calibre. Se mantiene firme con respecto a los 30 millones de euros y hasta se muestra capaz de compararlo, salvando las distancias, con Da Vinci: “No es Leonardo, claro que no, pero vender una obra tan peculiar como ésta en la producción del artista no es apenas dinero si lo comparas con las cifras estratosféricas que alcanzan el arte moderno y contemporáneo en subasta”. Y no le falta razón.

Curiosa es también la táctica utilizada por Orsi para exhibir el retrato de Marullo, como bien apunta Melanie Gerlis en las páginas de “The Financial Times” al llevarlo a una feria de arte contemporáneo, donde se ha convertido en la obra más vista, fotografiada y deseada, precisamente por ser la pieza que no encaja. ¿No hizo lo mismo Christie’s con “Salvator Mundi” en noviembre de 2018? Entonces, la jugada de Loic Gouzer, el tiburón de la casa de subastas, el artífice de las ventas millonarias de la casa que acabó por retirarse y emprender una nueva vida, fue realmente maestra.

La obra de Leonardo reunió a multitud de espectadores que quisieron verla al milímetro, las imágenes se subieron a Instagram y la obra consiguió generar una expectación sin precedentes. Fue, sin temor a equivocarnos, el mayor espectáculo de Christie's. Orsi, que no es un recién llegado, ha tomado buena nota y ha seguido paso a paso la estrategia de marketing.

La obra aún no se ha vendido, pero parece que existen varios compradores interesados en el codiciado y adusto retrato de Marullo. Por si no era suficiente, venderlo, metafóricamente hablando como “la última obra en manos privadas”, exactamento lo mismo que se hizo con el Da Vinci, le añade un plus.

Sea como fuere el galerista ha vuelto a su galería con la obra bajo el brazo. El ministro de Cultura en funciones, José Guirao, dejo ayer que el el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) el lugar idóneo para que la obra colgase. Preguntado por si el ministerio apoyaría que el MNAC lo comprara, ha dicho que si la institución plantea autónomamente la adquisición de la obra, "la posición del Ministerio sería positiva. Si la dirección y la presidencia del MNAC plantean eso, en el seno del órgano de decisión, como uno más, participaremos de lo que hayamos de participar", ha dicho. Ha subrayado que el ministerio forma parte del patronato y la financiación del MMAC: "Si el museo toma una decisión, que entiendo que se toman hasta ahora unánimemente, pues lo que haya que hacer se hará entre todos los que participan en el patronato".

La Consellera de Cultura aseguró días atrás en redes sociales que la Generalitat estaba estudiando el tema, es decir, la adquisición de la obra; sin embargo, sería complicado que pudiera realizar un desembolso del calibre de 30 millones de euros teniendo en cuenta el recorte que ha sufrido el departamento de Cultura. No obstante no se puede olvidar que el grueso de la colección Cambó se aloja en el MNAC.